Abstract Background and objective: in chronic kidney disease (CKD) there are several factors that increase the presence of dyslipidemia. The aim of this study was to identify the usefulness of a nutritional intervention, in children with terminal CKD, on dyslipidemia 6 months after intervention start. Materials and methods: a quasi-experiment study (before and after) was performed. End-stage CKD patients on peritoneal dialysis and hemodialysis were included. Each child underwent a determination somatometry, and lipid profile at the beginning and at 6 months of follow-up. A nutritional guide was made with food traffic lights, turning the food that should be consumed in the least amount possible in red. In addition to including life-size food using educational models. To compare the quantitative variables before and after the intervention, the variables were transformed to their logarithm and a paired Student's t-test was applied. Results: a total of 41 patients were analyzed. After the intervention, the parameters in the lipid profile were modified; meanwhile HDL concentrations increased (41.0 mg/dL vs 44.4 mg/dL, p = 0.048), triglyceride concentrations decreased (227.1 mg/dL vs 185.9 mg/dL, p = 0.007), and these changes persist even after excluding patients who were under lipid-lowering treatment (195 mg/dL vs 171.6, p = 0.049). Regarding the state of dyslipidemia, hypertriglyceridemia decreased, without reaching significance (80.5 % vs 62.5 %, p = 0.073). Conclusions: the nutritional intervention improved HDL and triglyceride concentrations 6 months afterwards in children with terminal CKD.
Resumen Antecedentes y objetivo: en la enfermedad renal crónica (ERC) existen múltiples factores que incrementan la presencia de la dislipidemia. El objetivo fue identificar la utilidad de una intervención nutricional sobre la dislipidemia, en niños con ERC terminal, a los 6 meses del inicio de la intervención. Materiales y métodos: estudio cuasiexperimental (antes y después). Se incluyeron pacientes con ERC terminal en diálisis peritoneal y hemodiálisis. A cada niño se le realizaron una somatometría y un perfil de lípidos al inicio y a los 6 meses de seguimiento. Se realizó un manual de alimentación con semaforización de los alimentos, poniendo de color rojo los alimentos que se deben consumir en la menor cantidad posible, además de incluir alimentos a tamaño real utilizando modelos educativos. Para comparar las variables cuantitativas antes y después de la intervención se transformaron las variables a su logaritmo y se aplicó la “t” de Student pareada. Resultados: se analizaron 41 pacientes. Posteriormente a la intervención se modificaron los parámetros del perfil lipídico; las concentraciones de HDL se incrementaron (41,0 mg/dL vs. 44,4 mg/dL, p = 0,048), mientras que las concentraciones de triglicéridos disminuyeron (227,1 mg/dL vs. 185.9 mg/dL, p = 0,007), lo cual persiste incluso una vez excluidos aquellos pacientes que se encontraban bajo tratamiento hipolipemiante (195 mg/dL vs. 171,6, p = 0,049). En cuanto al estado de dislipidemia, la hipertrigliceridemia disminuyó sin alcanzar la significancia (80,5 % vs. 62,5 %, p = 0,073). Conclusiones: la intervención nutricional mejoró las concentraciones de HDL y triglicéridos pasados 6 meses de la intervención en niños con ERC terminal.