Resumen: Con este artículo se pretende visibilizar el papel que han cumplido históricamente las comunidades indígenas al poner en práctica los valores de Carta de la Tierra desde su construcción ancestral. El fin es reflexionar sobre el hecho de que los principios que esta "Carta" nos plantea se llevan a cabo diariamente, de manera intrínseca, en el seno de estos pueblos. Es decir, son un ejemplo a seguir para otras sociedades, ya que respetan la vida en toda su diversidad; contribuyendo con un modo de existencia democrático, participativo, sostenible y pacífico, el cual asegura, a las generaciones presentes y futuras, los frutos y el equilibrio de la Tierra. Por otra parte, se hace un análisis del deterioro que el ser humano ha causado a los recursos naturales en América Latina y, por ende, al planeta, con sus prácticas poco amigables. Se señala que, a su vez, la especie humana es la única capaz de revertir el daño causado. Con este panorama, la esperanza es ubicar a la persona humana en el centro del sistema planetario, para lo cual se requiere una educación que sensibilice y ayude a analizar los problemas en su globalidad, y que tenga en cuenta las repercusiones a corto, mediano y largo plazo, tanto para una comunidad, como para el conjunto total de la humanidad.
Abstract: This paper aims to draw attention to the role that indigenous communities have historically fulfilled by practicing the values proposed in the Earth Charter upon its ancestral construction. The intention is to reflect on the fact that the principles stated in the Earth Charter have been intrinsically performed by these groups on a daily basis. That is, these groups become a role model because they respect life in all its diverse forms, promoting a democratic, participative, sustainable, and peaceful existence, which ensures, the balance of Earth to present and future generations. On the other hand, this paper analyzes the damage caused by human beings, through their unfriendly practices, to Latin American natural resources and therefore to the planet. Moreover, the human species is the only one able to reverse the damage caused. Based on this context, the hope is to place the human being as the center of the planetary system. This requires an education that raises awareness and contributes to the overall view of the problems and takes into account their short, medium, and long term consequences, not only for a community but also for the entire humankind.