In the last 25 years, the production sector in Spain has undergone important changes. Among these changes, the important growth of the services sector at the expense of the primary sector, the increasing flexibility of the labour market, and the rise in the female workforce could be considered as the most relevant ones. Spanish women have higher rates of unemployment, temporary jobs and part time contracts than Spanish men. Moreover, job access and work conditions are highly related to gender and social class. Because women are forced to compensate for the scarcity of social services for caring for young children and for dependent elderly, they become informal and socially unrecognised caregivers, preventing them from getting or holding a job, and significantly limiting their opportunities for professional development. These social conditions are closely related with the fact that work conditions for women involve higher temporality rates and shorter contracts than those of men, given the sectors and jobs in which they tend to work (due to segregation). Similarly, workers of the less privileged social classes have poorer work conditions. Thus, women of the lower income class are mainly suffering the worst job contracts and the poorest work conditions. More social services are needed to make it possible to attend to family needs and still be able to access and maintain a job contract. Policies tending to conciliate labour and family life are indispensable and should incorporate measures to equally distribute the house keeping activities between women and men.
El crecimiento del sector servicios en detrimento del sector primario, la flexibilidad del mercado laboral y la progresiva incorporación de la mujer a dicho mercado son los cambios más destacados del sector productivo español en los últimos 25 años. Las mujeres en España presentan tasas de desempleo, trabajo temporal y a tiempo parcial mucho mayores que los hombres. Además, las condiciones de acceso al mercado de trabajo y las condiciones en las que éste se desempeña están también muy relacionadas con la clase social. Las mujeres cubren la escasez de servicios públicos destinados al cuidado de las criaturas pequeñas y de las personas mayores o dependientes, y realizan una labor de cuidadoras informales sin reconocimiento social, lo cual les impide el acceso a un puesto de trabajo o su mantenimiento y limita de forma decisiva las posibilidades de desarrollo y progreso profesional. Todo ello indica una clara diferencia con respecto a los hombres en cuanto a la frecuencia de contratos temporales y de tiempo parcial, así como en la segregación laboral, tanto horizontal como vertical. Estos aspectos de segregación son más evidentes en las mujeres de clases sociales menos privilegiadas, en las que se concentran las peores condiciones de acceso al mercado laboral y de trabajo. En España es imprescindible llevar a cabo políticas que ofrezcan servicios que permitan compatibilizar la vida laboral y familiar en condiciones de mayor equidad, tanto en razón de género como de clase social.