Despite what is written in the constitutions and other basic document mandates of the countries of the Region, exclusion from social protection in health (SPH) affects an important proportion of the population (at least 20%, which represents, in absolute figures, between 80 and 200 million people). These estimates are obtained through a series of theoretical (social security coverage) and practical indicators that encompass structural indicators (poverty, ethnicity, and geographical barriers) as well as process indicators (non-institutional births, compliance with vaccination schedules, and access to basic sanitation). Exclusion levels in a society are affected by the degree of segmentation of the health system. Traditionally, most countries of the Region have had a public, a social security and a private subsystem in health. Lack of attention to the problem has resulted in the formation of a community-based subsystem. The coexistence of many subsystems, along with poor regulation on the part of health authorities, has resulted in high levels of exclusion and inefficient resource allocation within the sector. The organization of social dialogue processes focusing on SPH within the context of health sector reform initiatives in each country is recommended. The process, which should be participatory, should include a full diagnosis of the situation (how many are excluded, who are they, and why, and what mechanisms are the most appropriate for tackling the issue in each country). It should also provide a political and technical feasibility analysis of the most suitable options for each society, and a determination of whether or not conventional subsystems have exhausted their potential. The process should culminate in a program for implementing the specific proposals made in each society, in an effort to maximize SPH.
A pesar de lo que señalan las Constituciones y otras normas básicas de los países de la Región de las Américas, la exclusión de la protección social en salud es un problema que afecta a una proporción importante de la población (al menos 20% y, en números absolutos, entre 80 y 200 millones de personas). A esta cifra se llega a través de una serie de indicadores teóricos (cobertura de la seguridad social) y prácticos, tanto de estructura (pobreza, etnia y barreras geográficas) como de proceso de salud (partos que tienen lugar fuera de instituciones de salud, cumplimiento del calendario vacunal y acceso a saneamiento básico). La exclusión se ve afectada por el nivel de segmentación de los distintos subsistemas de salud de una sociedad. Tradicionalmente existían en la Región de las Américas los subsistemas público, privado y de seguridad social. La falta de respuesta a este problema ha motivado el surgimiento de un subsistema comunitario. La coexistencia de distintos sistemas combinada con la falta de regulación por las autoridades sanitarias ha ocasionado altos niveles de exclusión y una alta ineficiencia en el uso de los recursos del sector. En el contexto de la reforma del sector de la salud de cada país, se recomienda un proceso de diálogo social en el que se discuta explícitamente el tema de la protección social en salud. Este proceso, que debe ser organizado de forma participativa, debería incluir un diagnóstico completo de la situación (cuántos son los excluidos, quiénes y por qué, y cuáles son los mecanismos más adecuados en el contexto nacional para combatir el problema) y una evaluación técnico-política de las opciones más convenientes para cada sociedad, en la que se determine si se han agotado o no las posibilidades de los subsistemas tradicionales. El proceso debería culminar con un programa de implementación de las propuestas en el que tengan cabida las distintas modalidades más adecuadas para cada caso, de forma que se logre la máxima protección social en salud.