Resumen El síndrome verrugoso tropical comprende condiciones cutáneas infecciosas, crónicas y granulomatosas que cursan con placas, nódulos o úlceras verrugosas, de ahí su nombre. Este síndrome incluye la cromoblastomicosis, la esporotricosis, la paracoccidioidomicosis, la lobomicosis, la leishmaniasis y la tuberculosis cutánea verrugosa, todas ellas enfermedades de amplia distribución en áreas tropicales y subtropicales. Sus diagnósticos pueden ser difíciles y confundirse entre sí, lo cual es más frecuente entre la esporotricosis y la leishmaniasis. Para distinguirlas se recurre a criterios clínicos y epidemiológicos, y a métodos diagnósticos como intradermorreacción, examen directo, biopsia, cultivo, inmunofluorescencia y PCR, algunos de los cuales no son de uso común. El diagnóstico preciso conduce al tratamiento adecuado. Se presenta el caso de un hombre de 18 años con extensas placas verrugosas en una rodilla, inicialmente interpretadas como leishmaniasis verrugosa por la clínica, la epidemiología y la biopsia. Se le trató con Glucantime® durante 20 días, pero no presentó mejoría, por lo que se tomó una nueva biopsia que también se interpretó como leishmaniasis cutánea. La revisión de ambas biopsias evidenció inflamación con granulomas abscedados y presencia de cuerpos asteroides esporotricósicos, que condujeron al diagnóstico de esporotricosis, el cual se confirmó luego con el cultivo del hongo. Las lesiones remitieron con la administración de itraconazol. La clínica y la epidemiología de la leishmaniasis y las de la esporotricosis pueden ser semejantes, por lo que la biopsia y los estudios de laboratorio son esenciales para establecer el diagnóstico. El cuerpo asteroide esporotricósico es patognomónico de esta entidad. Se revisaron los conceptos esenciales de estas condiciones y los criterios para diferenciarlas.
Abstract The tropical verrucous syndrome includes infectious, chronic, and granulomatous skin conditions appearing with plaques, nodules, or ulcers with a warty surface which gives name to the syndrome. It includes forms of chromoblastomycosis, sporotrichosis, paracoccidioidomycosis, lobomycosis, leishmaniasis, and tuberculosis verrucosa cutis with ample distribution in tropical and subtropical areas. The diagnoses may be difficult and confused among them, especially between sporotrichosis and leishmaniasis. Clinical, epidemiologic, intradermal reactions, direct smears, skin biopsies, cultures, immunofluorescence, and PCR are used to differentiate them, although several of these methods are not commonly used. We present an 18-year-old man with extensive verrucous plaques in one knee interpreted by clinic, epidemiology, and biopsy as verrucous cutaneous leishmaniasis. He was treated with Glucantime® for 20 days without improvement. A new biopsy was made that was also interpreted as cutaneous leishmaniasis. The revision of both biopsies showed inflammation with abscessed granulomas and asteroid sporotrichotic bodies at the center of the granulomas that led to the diagnosis of sporotrichosis later confirmed by the fungus culture. The patient responded to the treatment with itraconazole. As clinical and epidemiological findings of leishmaniasis and sporotrichosis can be similar, skin biopsy and other paraclinical studies are necessary to establish a proper diagnosis. The asteroid sporotrichotic body is pathognomonic of this mycosis. We review here the essential concepts of leishmaniasis and sporotrichosis and the criteria to differentiate them.