RESUMEN Objetivo: Se diseñó un estudio con el objetivo de identificar si el género, la experiencia clínica y las actitudes personales de los clínicos influyen en su percepción de la criminalidad de conductas sexuales concretas, sus juicios sobre la responsabilidad criminal en evaluaciones forenses en presencia de un trastorno mental y con la necesidad de tratamiento para aquellos que tienen un trastorno parafílico de la CIE-11. Método: En un análisis secundario de los datos, se presentaron al azar viñetas con una descripción mínima (no cumple con los requisitos diagnósticos para un trastorno parafílico) y una descripción completa (cumple con los requisitos diagnósticos para un trastorno parafílico) de los patrones de excitación froteurismo, sadismo sexual coercitivo, exhibicionismo y conductas relacionadas de la CIE-11. Un total de 1,101 clínicos calificaron de una a tres viñetas (un total de 1,884) respondiendo a preguntas sobre el diagnóstico, las características criminales y sus propias actitudes. Resultados: Las guías diagnósticas de la CIE-11 fueron adecuadamente utilizadas por los clínicos para distinguir los trastornos parafílicos de los patrones de excitación no patológicos. La gravedad de la viñeta fue el predictor más importante para la determinación de los clínicos de que se había cometido un delito. Los resultados mostraron una interacción de la clasificación de los trastornos parafílicos, el género de los clínicos y las actitudes personales con los juicios sobre conceptos asociados con la criminalidad, la responsabilidad criminal en presencia de un trastorno mental y la necesidad de tratamiento en contextos de evaluación forenses. Conclusiones: Se requiere mayor educación formal, entrenamiento clínico sobre estos trastornos y guías de tratamiento basadas en evidencia para evitar sesgos que puedan provenir de ideas preconcebidas y actitudes personales. Se deben revisar las leyes y políticas que restringen innecesariamente el tratamiento de estos pacientes en entornos no forenses —por ejemplo, cuando el individuo sufre un patrón de excitación, pero no ha cometido ningún delito.
ABSTRACT Aim: This study aimed to identify whether clinicians' gender, clinical experience, and personal attitudes influenced their perception of criminality of specific sexual behaviours, their judgments about criminal liability if mentally disordered, and the need for treatment as part of criminal settings for those having ICD-11 paraphilic disorders. Method: In a secondary analysis of data only vignettes with the least (do not meet paraphilic disorder diagnostic requirements) and most extreme (met paraphilic disorder diagnostic requirements) descriptions of ICD-11 frotteuristic, coercive sexual sadism, and exhibitionistic arousal patterns and related behavior were randomly presented to participants. A total of 1,101 clinicians rated one to three vignettes (a total of 1,884) answering questions regarding diagnosis, criminal features, and their own attitudes. Results: The ICD-11 diagnostic guidelines were adequately used to distinguish paraphilic disorders from non-pathological arousal patterns.Vignette severity was the most important predictor for clinicians' determination that a crime was committed. Results showed an interaction of the classification of paraphilic disorders, clinicians' gender, and personal attitudes with judgments about concepts associated with criminality, criminal liability if a diagnosis was indicated, and the need for treatment in forensic settings. Conclusions: Increased formal education, clinical training about these disorders, and evidence-based treatment guidelines are required to avoid biases that may come from preconceived ideas and personal attitudes. Laws and policies that unnecessarily restrict the treatment of these patients in non-forensic settings—for example, when the individual is distress about the arousal pattern but no crime has been committed—should be examined.