ABSTRACT From March, 2020 when the first cases of COVID-19 appeared in Cuba, it was implemented an intersectoral work strategy that was conceived some months earlier and directed by the Ministry of Public Health, the Civil Defense System and the Government to contain the risk of contagion and spreading of the new coronavirus in the national territory; as well as to minimize the negative effects of a pandemic in the country. This strategy includes the strengthening of epidemiologic surveillance, the organization of medical care in healthcare facilities, the training of all the public health’s personnel for diagnosing and care of COVID-19 patients, and the protection of the personnel working with positive cases. For its compliance, there are implemented measures that entail, among other solutions, social distancing which implies when possible remote study and work. It is then when the information and communication technologies become essential for the implementation of these procedures which are linked to actions directly related with electronic health, in general, and particularly with mobile health. Thus, it is the aim of this article to show the experiences related to mobile health in the confrontation to COVID-19 in Cuba, because its use has turned into an ally to face the current sanitary contingency caused by this disease, while it helps in communication, education and health promotion’s processes with a positive impact while bringing to people’s daily life, in a truthful and appropriate way, all the information needed to protect their health.
RESUMEN Desde que en el mes de marzo de 2020 aparecieron los primeros casos de la COVID-19 en Cuba se implementó una estrategia de trabajo intersectorial, concebida meses antes, conducida por el Ministerio de Salud Pública, el Sistema de la Defensa Civil y el Gobierno, para contener el riesgo de contagio y diseminación del nuevo coronavirus en el territorio nacional, así como minimizar los efectos negativos de una epidemia en el país. Esta estrategia contempla el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica, la organización de la atención médica en las unidades asistenciales, la capacitación de todo el personal de salud pública para el diagnóstico y atención a la COVID-19 y la protección del personal cubano que trabaja con los casos positivos. Para su cumplimiento se implementan medidas que conllevan, entre otras soluciones, al distanciamiento social, por lo que resulta necesario desempeñar, cuando sea posible, el estudio y el trabajo a distancia. De ahí que las tecnologías de la información y las comunicaciones resulten imprescindibles para la ejecución de estos procedimientos, a los que se les han incorporado acciones que están relacionadas directamente con la salud electrónica en general y en particular la salud móvil. Por eso es objetivo del presente artículo exponer las experiencias relacionadas con la salud móvil en el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba; porque con su empleo ha resultado ser una aliada para enfrentar la actual contingencia sanitaria provocada por esta enfermedad, a la vez que ayuda en los procesos de comunicación, educación y promoción de salud, con un efecto positivo al acercar a la cotidianidad de las personas la información que necesita para preservar su salud, de manera veraz y oportuna.