Resumen En la sociedad colombiana contemporánea, al igual que sucede en muchos países del mundo, los-as jóvenes deben enfrentarse a una concepción del mundo del trabajo que ha cambiado radicalmente. En lugar de una rutina estable, de una carrera predecible, de la adhesión a una empresa a la que ser leal y que a cambio ofrezca un puesto de trabajo estable, los-as jóvenes se enfrentan ahora a un mercado de trabajo flexible, a empresas estructuralmente dinámicas con períodos de imprevisibles reajustes, a exigencias de movilidad. En la actualidad ellos y ellas viven en un ámbito laboral de transitoriedad, innovación y proyectos a corto plazo, lo que caracteriza una tendencia de la sociedad occidental en la que “somos lo que hacemos” y el trabajo siempre ha sido considerado factor fundamental para la formación del carácter y la constitución de la identidad. Este nuevo escenario laboral, que, aunque propicia una economía más dinámica, afecta profundamente a los sujetos, al transformar las nociones de permanencia, confianza en los otros, integridad y compromiso, que hacían que hasta el trabajo más rutinario fuera un elemento organizador fundamental en la vida de los individuos y, por consiguiente, en el caso de los-as jóvenes, afecta su inserción en la sociedad y en los mercados laborales. Tales problemáticas, de las cuales el desempleo de los-as jóvenes de Colombia en condición de marginalidad es sólo un caso, no pueden reducirse a los meros efectos desestructurantes de la globalización económica. Podría afirmarse que los problemas más visibles proceden, es cierto, de las conmociones que ésta entraña; pero a manera de hipótesis puede plantearse que hay otro padecimiento, más encubierto, los efectos destructores del individualismo contemporáneo, que remite de nuevo a la idea de una corrosión del carácter. Puede afirmarse que los-as jóvenes en nuestra sociedad actual enfrentan nuevas formas de desigualdad, en las que fallan simultáneamente las instituciones que hacen funcionar el vínculo social y la solidaridad (crisis del Estado Benefactor), las formas de la relación entre economía y sociedad (crisis del trabajo) y las identidades individuales y colectivas (crisis del sujeto). Por no haber apreciado la importancia de esas conmociones, las fuerzas políticas tradicionales se encuentran cada vez más apartadas de la sociedad.
Abstract In contemporary Colombian society, as in many countries of the world, young people must deal with a conception of the working world that has changed radically. Instead of a stable routine, a predictable career, loyalty to a company that in return offers a stable job, young people now face a flexible labor market, they face structurally dynamic firms with unpredictable adjustments periods, they face mobility requirements. Currently they live in a transitory workplace marked by change, innovation and short-term projects, which characterizes a trend of Western society in which “we are what we do” and work has always been considered the key character and identity formation factor. This new labor scenario, albeit encouraging a more dynamic economy, profoundly affects individuals, transforming notions of permanence, trust in others, integrity and commitment that made even the most repetitive work a key organizing element in the lives of individuals and, therefore, in the case of young people, affects their integration into society and labor markets. Such problems, of which unemployment in young people in marginal condition in Colombia is just only one case, cannot be reduced to mere de-structuring effects of economic globalization. Arguably, the most conspicuous problems come, that’s true, from globalization’s inherent shocks; Nevertheless a hypothesis arises stating that there´s another condition, more covert, the destructive effects of modern individualism, which refers back to the idea of Corrosion of Character. Arguably, young people in our society face new forms of inequality, which there’s a simultaneous failure in the institutions that run the social link and solidarity (welfare state crisis), the forms of the relationship between economy and society (labor crisis) and individual and collective identities (crisis of the subject). By failing to appreciate the importance of these shocks, the traditional political forces are more and more isolated from society.