Abstract The study of the multiple links between education and the conceptual meaning of democracy remains a topic of interest. This paper aims to bring to the fore the concept, the pillars and the building process of a democratic school. The foundation of these categories is where the democratic character of the educational establishment lies: the imperative for participation and the improvement of living together. This study is based on the insights of 680 education specialists from Salta (Argentina) and Valencia (Spain) and compares the most salient meanings between both countries. At the methodological level, we have carried out a qualitative research by conducting interviews, surveys and focus groups. Our findings reveal that, despite the differences detected, the demands and needs of both countries converge more often than anticipated. From both perspectives, it is clear that there is a need to build a more inclusive, participatory and formative school, by improving the coordination and involvement of professionals, families and the community. Finally, it follows that a democratic school is a learning community where everyone’s participation (educating about democracy) aspires to become a hands-on workshop on living together (educating for democracy).
Resumen El estudio de las múltiples relaciones entre la educación y el sentido conceptual de la democracia sigue siendo una temática de interés. El objetivo principal del trabajo que se presenta es poner en valor el concepto, los pilares y el proceso de construcción de una escuela democrática, categorías sobre cuyos cimientos se asienta el carácter democrático de la institución escolar: la exigencia de la participación y la mejora de la convivencia. Este estudio se ha desarrollado a través de la voz de especialistas de educación de Salta (Argentina) y Valencia (España), comparando las acepciones más destacadas entre ambos países. A nivel metodológico, se ha llevado a cabo una investigación de carácter cualitativo, a través de entrevistas, encuestas y grupos focales, participando un total de 680 sujetos. Los resultados obtenidos evidencian que, pese a las diferencias detectadas, las exigencias y las necesidades de ambos países confluyen más de lo previsto. Desde ambas perspectivas se hace latente la necesidad de construir una escuela más inclusiva, participativa y formadora, a través de la mejora de la coordinación y la implicación de profesionales, familias y comunidad. Se concluye, finalmente, que una escuela democrática es una comunidad de aprendizaje donde la participación de todos (educar en democracia), aspira a convertirse en un taller práctico de convivencia (educar para la democracia).