Abstract: The basic structure of community-oriented mental health services consists of four types of facilities: mental health units in general hospitals, day hospitals, mental health centres, and psychosocial rehabilitation centres, complemented by social support provided by specialized social services. Due to the fact that these facilities can host very diverse health activities that may involve several sectors of the Administration and the Third Sector, simultaneously or successively, and also due to their irregular geographical implementation, the management of mental health services is a complex issue on which no agreement has yet been reached. At present, we have several instruments for measuring and classifying services to facilitate their management, but none of them has become popular. The aim of this work is to report on ESAMEN, a tool to classify and measure the structure of community mental health services, and to subject it to a feasibility study. This instrument is not based on the classification of facilities as has been done so far, but on the classification of the 32 activities or modules of care that are practiced in them. For this feasibility study, a survey was sent to the coordinators of 380 mental health facilities from Andalusia, Euskadi and Madrid, requesting information on the area of coverage and the number of professionals in each of the modules dispensed in their facility. With these data, indicators of capacity (expressed as the maximum time of professional dedication per inhabitant and unit of time) and scope (proportion of the total number of inhabitants who are potentially beneficiaries of the module) were elaborated. Results tables show with clarity and simplicity the structure of the services, evaluating each module according to its capacity and population scope, showing imbalances in its distribution, allowing comparisons between areas and Communities, and leaving the door open to the refinement of the indicators and the inclusion of new activity modules that may be developed in the future.
Resumen: La estructura básica de los servicios de salud mental orientados a la comunidad se compone de cuatro tipos de dispositivos: las unidades de salud mental en los hospitales generales, los hospitales de día, los centros de salud mental y los centros de rehabilitación psicosocial, complementados con el apoyo social aportado por los servicios sociales especializados. Debido a que los dispositivos pueden acoger actividades muy diversas que pueden implicar a varios sectores de la Administración y del Tercer Sector simultánea o sucesivamente, y también debido a su implantación geográfica irregular, la gestión de los servicios de salud mental es un asunto complejo sobre el que todavía no se ha alcanzado un acuerdo. En el momento actual disponemos de varios instrumentos de medida y clasificación de los servicios para facilitar su evaluación, pero ninguno de ellos ha logrado popularizarse. El objetivo de este trabajo consiste en dar cuenta de un nuevo instrumento, ESAMEN, para describir y medir la estructura de los servicios de salud mental comunitaria, y someterlo a un estudio de viabilidad. Este método no se basa en la clasificación de los dispositivos como se ha hecho hasta ahora, sino en la clasificación de las 32 actividades o módulos de atención que se practican en ellos. Para este estudio de viabilidad, se remitió una encuesta a los coordinadores de 380 dispositivos de salud mental de Andalucía, Euskadi y Madrid, solicitándoles información sobre el área de cobertura y el número de profesionales de cada uno de los módulos dispensados en su dispositivo. Con estos datos se elaboraron indicadores de capacidad (expresada como el tiempo máximo de dedicación por habitante y unidad de tiempo) y alcance (proporción del total de habitantes que es potencialmente beneficiaria del módulo). Las tablas de resultados muestran con claridad y sencillez la estructura de los servicios, valorando cada módulo según su capacidad y alcance poblacional, evidenciando desequilibrios en su distribución, permitiendo comparaciones entre áreas y comunidades, y dejando la puerta abierta al refinamiento de los indicadores y a la inclusión de nuevos módulos de actividad que se puedan desarrollar en el futuro.