Objective. To analyze the effects of socioeconomic, regional, and ethnic conditions on chronic malnutrition in four Andean countries of South America: Bolivia, Colombia, Ecuador, and Peru. Methods. The study was based on Demographic and Health Surveys (DHS) for Colombia (1995), Peru (1996), and Bolivia (1997), and on a Living Standard Measurement Survey for Ecuador (1998). We developed an index of household socioeconomic status using categorical principal components analysis. We broke down the prevalence of stunting by socioeconomic status (SES), ethnicity, place of residence (large cities, small cities, towns, and countryside), and region (highland region versus other areas of the country). We applied smoothed regression curves and linear functions to analyze SES effects on stunting, with specific models for Bolivia, Ecuador, and Peru. Results. Bolivia, Ecuador, and Peru have similar characteristics, with high stunting prevalences overall; higher stunting prevalences in their highland areas, particularly among indigenous populations; and strong socioeconomic disparities. Colombia, in contrast, has a lower stunting prevalence and smaller regional disparities. The socioeconomic gradient of stunting is strong in all four countries, with prevalence rates in the poorest deciles at least three times as high as those in the top decile. Discussion. The sharp contrast between the conditions found in Bolivia, Ecuador, and Peru and those in Colombia may be the result of specific ethnic factors affecting indigenous groups; a particular diet profile in the highland areas, with low protein and micronutrient intake; and differences in the long-term economic and social development paths that the countries have taken. Along with the strong socioeconomic gradient in all the countries, the weight of ethnic and regional factors suggests the need to reduce inequality as well as to comprehensively improve education and housing, better target health and nutrition programs, and implement participatory programs integrated into indigenous cultures.
Objetivo. Analizar los efectos de las condiciones socioeconómicas, regionales y étnicas en la desnutrición crónica en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Métodos. El estudio se basó en las Encuestas Demográficas y de Salud de Colombia (1995), Perú (1996) y Bolivia (1997), y en la Encuesta de Condiciones de Vida de Ecuador (1998). Se creó un índice del estatus socioeconómico familiar, empleando un análisis categórico de componentes principales. La prevalencia del retraso del crecimiento se desagregó por estatus socioeconómico, etnia, lugar de residencia (grandes ciudades, pequeñas ciudades, pueblos y zonas rurales) y región (regiones montañosas frente al resto del país). Se aplicaron curvas de regresión suavizadas y funciones lineales para analizar los efectos del estatus socioeconómico en el retraso del crecimiento, creándose modelos específicos para Bolivia, Ecuador y Perú. Resultados. Bolivia, Ecuador y Perú presentaron características similares: alta prevalencia general de retraso del crecimiento, mayor prevalencia en las zonas montañosas, sobre todo en las poblaciones indígenas, y fuertes disparidades socioeconómicas. Colombia, por el contrario, presentó menor prevalencia y menores disparidades regionales. Hubo un marcado gradiente socioeconómico del retraso del crecimiento en los cuatro países, siendo las tasas de prevalencia por lo menos tres veces mayores en los deciles más pobres que en el decil más alto. Conclusiones. El marcado contraste entre Bolivia, Ecuador y Perú, por un lado, y Colombia por el otro, puede deberse a factores étnicos específicos que afectan a la población indígena, a las características peculiares de la dieta en las regiones montañosas, con escasas proteínas y micronutrientes, y a las diferencias entre las vías de desarrollo económico y social a largo plazo de los países. Junto con el marcado gradiente socieconómico observado en los cuatro países, el peso de los factores étnicos y regionales señala la necesidad de reducir la desigualdad, así como de mejorar globalmente la educación y el alojamiento, dirigir mejor los programas de salud y nutrición, y poner en práctica programas de participación integrados en las culturas indígenas.