The international tobacco industry, in its constant quest for new markets, has expanded aggressively to middle- and low-income nations. At the same time there has been a marked increase in tobacco smuggling, especially of cigarettes. Smuggling produces serious fiscal losses to governments the world over, erodes tobacco control policies and is an incentive to international organized crime. In addition, smuggling results in increased demand for and consumption of tobacco, which in turn benefits the tobacco companies. Moreover, there is evidence indicating that the international tobacco industry has instigated cigarette smuggling and has participated directly in these activities, while at the same time carrying out costly lobbying campaigns to pressure governments againt tax increases and to promote their own interests. Academic studies and empirical evidence show that tobacco control can be promoted through high tax rates without causing significant increases in smuggling. To achieve this tobacco smuggling must be attacked through the use of strategies including multilateral controls and actions such as those included in the Framework Convention on Tobacco Control, which establishes the basis for combating smuggling through an international, global approach. It is also necessary to increase the penalties for smuggling and to make the tobacco industry, including producers and distributors, responsible for the final destination of their exports.
La industria tabacalera multinacional, siempre en busca de nuevos mercados, ha realizado una agresiva expansión hacia naciones de ingreso medio y bajo. Al mismo tiempo se ha producido un marcado incremento en el contrabando de tabaco, especialmente de cigarrillos. Ese contrabando provoca graves pérdidas fiscales a los gobiernos de todo el mundo, erosiona las políticas de control del tabaco e incentiva a la delincuencia organizada internacional. Por otro lado, el contrabando provoca incrementos en el consumo y la demanda de tabaco, los cuales benefician a las tabacaleras. Más aún, existe evidencia de que la industria tabacalera internacional ha propiciado el contrabando de cigarrillos e incluso ha participado directamente en el mismo. Al mismo tiempo, realiza costosas campañas de cabildeo entre los gobiernos para combatir los impuestos y favorecer sus intereses. Los estudios académicos y la evidencia empírica demuestran que es posible avanzar en el control del tabaquismo mediante el incremento de las tasas fiscales sin provocar incrementos significativos en el contrabando. Para ello es necesario combatir este delito mediante acciones y controles multilaterales como los que fueron establecidos en el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), el cual presenta las bases para enfrentar el contrabando mediante un enfoque internacional y global. También es necesario aumentar radicalmente las penas judiciales al contrabando y hacer responsable a la industria tabacalera, incluyendo fabricantes y distribuidores, por el destino final de sus exportaciones.