Introduction: There are only few reports regarding the use of intragastric-balloons (IGB®) to achieve weight loss and subsequently decrease surgical complications. In this study, we try to assess whether presurgery weight loss using IGB decreases the postsurgical mortality after bariatric surgery. Material and methods: This is a prospective case-control study. We matched 1:1 by gender, age (± 10 y-o) and type of surgery (sleeve resection [LSG] or gastric bypass [LGBP]), matching cases (A) and controls (H, from a historic cohort). Morbidly obese patients with an indication for bariatric surgery were included in the study. Cases (A) were recruited from an ongoing clinical trial, and the controls (H) came from a historic cohort prior to the start of the clinic trial. The presurgical weight loss in group A was reached by IGB combined with diet, versus only diet in group H. Results: We included 58 patients, 65.5% women, 69% LGBP/31% LSG. The mean age of group A was 42 and 43.4 years old for group H. ASA III of 24.1% group A vs 58.6% group H, p = 0.012. The mean total weight loss (TWL) before surgery was greater in group A (16.2 kg, SD 9.75) than in group H (1.2 kg, SD 6.4), p < 0.0001. The % of EWL before surgery was 23.5 (SD 11.6) in group A vs 2.4 (SD 8) in group H, p < 0.001. Hospital stay was seven days for group A, and eight days for group H, p = 0.285. The rate of unsuccessful IGB treatment to accomplish the scheduled weight loss was 34.5%. The balloon morbidity was 17.2% (6.9% severe). All in all, morbidity (due to bariatric surgery and IGB) was 41% in both groups. Postsurgical morbidity moderate-severe was 20.3% in group A (6.9% severe) and 27.3% in group H (17.2% severe) without statistical significance. One patient died in group H (mortality rate, 3.44%). Conclusion: Preoperative IGB treatment in morbid obesity has not been found to be effective at decreasing postsurgical morbidity LSG and LGBP, despite the fact that it acheives a greater weight loss than diet and exercise.
Introducción: existen pocos estudios que analicen la utilidad del balón intragástrico (BIG) preoperatorio para disminuir la morbilidad relacionada con la cirugía bariátrica. En este estudio evaluamos si el adelgazamiento prequirúrgico mediante BIG disminuye la morbimortalidad tras la cirugía de la obesidad mórbida. Material y métodos: estudio caso-control emparejado 1:1 por sexo, edad y cirugía bariátrica (bypass gástrico/gastrectomía vertical). Se incluyeron pacientes con obesidad mórbida candidatos a cirugía bariátrica, siendo los casos A reclutados de un ensayo clínico en marcha y los controles H, pacientes operados previo al inicio del ensayo. El adelgazamiento prequirúrgico en el grupo A fue mediante BIG vs. dieta exclusivamente en H. Resultados: se incluyen 58 pacientes: 65,5% mujeres, 69% bypass y 31% gastrectomía vertical. La edad fue de 42 años en el grupo A y 43 en el H. Encontramos un 34,5% de fracasos terapéuticos del BIG. ASA III: 24,1% en A vs. 58,6% en H (p = 0,012). La pérdida de peso medio corporal (PPCT) antes de cirugía fue de 16,2 kg (desviación estándar [DE] 9,75) en el grupo A frente a 1,2 kg (DE 6,4) en el grupo H, p < 0,0001. El porcentaje de exceso de pérdida de peso (EPP) antes de la cirugía fue del 23,5% (DE 11,6) en el grupo A vs. 2,4 (DE 8) en el grupo H (p < 0,0001), y el porcentaje de exceso de índice de masa corporal perdida (EPIMC) fue del 34,6% (DE 24) en el grupo A vs. 0,98% (DE 12,4) en el grupo H (p < 0,0001). La estancia hospitalaria fue de siete días en el A y ocho en el H (p = 0,285). El tratamiento con BIG fracasó en el 34,5% de los pacientes. La morbilidad del BIG fue del 17,2% (6,9% grave). La morbilidad relacionada con la cirugía bariátrica/BIG fue del 41% en ambos grupos (p = 0,687); la morbilidad quirúrgica moderada-grave en el grupo A fue del 20,3% (dos pacientes, 6,9% grave) y del 27,3% en el H (cinco pacientes, 17,2% grave), sin diferencias significativas. Un paciente falleció en el grupo H (3,44%). Conclusión: el BIG preoperatorio no consigue disminuir la morbilidad postquirúrgica de la cirugía bariátrica, y tampoco la estancia ni la tasa de reoperaciones, sin olvidar su coste, pese a que el BIG consigue mayor adelgazamiento que la dieta y el aumento de actividad física.