Resumen Objetivo: Tradicionalmente, la sedación con propofol ha estado a cargo de especialistas en anestesiología; sin embargo, una extensa cantidad de información publicada ha demostrado que la sedación con propofol administrado por no anestesiólogos, es segura y eficaz. El estudio se realizó con el objetivo de evaluar la seguridad en la administración de propofol por gastroenterólogos, para la realización de procedimientos en endoscopia digestiva. Métodos: Se hizo un estudio retrospectivo en el cual se revisaron los expedientes de 1135 pacientes sometidos a endoscopias digestivas diagnósticas y terapéuticas, en el período comprendido entre enero de 2016 y marzo de 2017. Los pacientes se organizaron por su: edad, género, clasificación de riesgo de la Sociedad Americana de Anestesiólogos, indicación para la endoscopia, y dosis utilizada de propofol. Se registraron los efectos adversos asociados al uso de Propofol, tales como: episodios de hipoxemia transitoria, complicaciones cardiopulmonares serias y muerte. Resultados: Se incluyeron los datos de 1135 pacientes (56 % fueron mujeres) que se practicaron endoscopia digestiva bajo sedación con propofol administrado por gastroenterólogos, en un período de 14 meses. La dosis promedio utilizada de propofol fue de 154 +/- 66 mg. Según la clasificación de riesgo de la Sociedad Americana de Anestesiólogos, el 84 % de los pacientes corresponde a las clasificaciones I y II, un 14,8 % a pacientes con clasificación de riesgo III y un 1,1 %, riesgo IV. Los estudios efectuados fueron mayoritariamente gastroscopias (52,6 %) y según la indicación, el 79,6 % corresponde a estudios diagnósticos, seguido de un 12,1% para los sangrados digestivos altos de emergencia. En cuanto a las complicaciones documentadas, se identificaron 70 episodios de hipoxemia que corresponden a un 6,2 % de las sedaciones realizadas. (IC 95%, 4,7-7,6). Solamente un 3,7 % de los pacientes presentó un episodio de hipoxemia por debajo del 80 %. Todos los episodios de hipoxemia, excepto uno, resolvieron con maniobras simples, como la elevación del mentón. Durante el estudio no se presentaron complicaciones cardiopulmonares serias o muertes. Se identificaron, como factores de riesgo para la aparición de hipoxemia, una clasificación de riesgo de la Sociedad Americana de Anestesiólogos mayor a 3, y la realización del estudio endoscópico para dilatación esofágica o colocación de gastrostomía percutánea. Conclusiones: El uso de sedación con propofol administrado por no anestesiólogos en el estudio, no evidenció incremento en la aparición de complicaciones cardiopulmonares serias, ni en los episodios de hipoxemia.
Abstract Aim: Traditionally, sedation with propofol has been approved exclusively for use by anethesiologists, however, an extensive amount of published information has shown that sedation with propofol administered by non-anesthesiologists is safe and effective. The present study was conducted with the objective of evaluating the safety in the administration of propofol by gastroenterologists for the performance of procedures in digestive endoscopy. Methods: A retrospective study was conducted in which the records of 1135 patients who underwent digestive and therapeutic digestive endoscopies were reviewed in the period between January 2016 and March 2017. The patients were classified by age, gender, risk classification of the American Society of Anesthesiologists (ASA), indication for endoscopy, and dose of propofol. The adverse effects associated with the use of propofol were recorded, such as episodes of transient hypoxemia, serious cardiopulmonary complications and death. Results: We included data from 1135 patients (56% were women) who underwent gastrointestinal endoscopy under sedation with propofol administered by gastroenterologist in a period of 14 months. The average dose used for propofol was 154 +/- 66 mg of propofol. According to the American Society of Anesthesiologists risk classification, 84% of the patients correspond to risk I and II, 14.8% to risk level III and 1.1% to risk level IV. The study carried out the most were gastroscopies (52.6%) and according to the indication, 79.6% corresponded to diagnostic studies, followed by 12.1% for upper gastrointestinal bleeding. Regarding the documented complications,70 episodes of hypoxemia were identified, corresponding to 6.2% of the sedations performed. (95% CI, 4.7-7.6). Only 3.7% of patients had an episode of hypoxemia below 80%. All episodes of hypoxemia, except one, resolved with simple maneuvers such as chin elevation. There were no serious cardiopulmonary complications or deaths during the study. We identified as risk factors for the appearance of hypoxemia a risk classification of the American Society of Anesthesiologists greater than 3 and performance of the endoscopic study for esophageal dilation or percutaneous gastrostomy placement. Conclusions: The use of sedation with propofol administered by non-anesthesiologists in the present study did not show an increase in the appearance of serious cardiopulmonary complications, or in episodes of hypoxemia.