Resumen El artículo desarrolla una presentación, a nivel teórico, de una variante del ejercicio práctico de la enseñanza de la filosofía desde una perspectiva de la educación para una ciudadanía global (UNESCO 2011, 2013, 2015, 2016) en tiempos actuales (i.e. educación para la paz y derechos humanos). En el prólogo, la tesis es que la filosofía es un bien público porque su enseñanza potencia el desarrollo estético (social y político), epistemológico (pensamiento ordenado, lógico y consistente) y ético-práctico (democracia, convivencia y civismo) en el alumnado (UNESCO 1972, 2004). En la segunda parte se registra la filosofía como una disciplina que logra proporcionar al individuo una concientización relacional de su dimensión, impacto y situación en el mundo, así como la capacidad de resolver problemas teóricos a nivel práctico y prácticos a nivel teórico, y de dirigir, esforzar y analizar comportamientos y voluntades individuales y colectivas mediante procesos de argumentación y estudio de conocimientos válidos. Se concluye en la tercera parte que, a pesar de la existente situación de crisis, de decaimiento mundial y del poco aprecio por la enseñanza de la filosofía, la disciplina es pertinente para la promoción y ejercicio de prácticas sociales razonables (ciudadanía global), las capacidades cognitivas y conductuales. Las prácticas para la convivencia, el bienestar social y ambiental y la democracia son potenciadas por la filosofía, que desarrolla las capacidades y valores necesarios en cada estudiante para la sustentabilidad de gobernanza (democracia) y el civismo mundial (ciudadanía).
Abstract The goal of this article is to conduct a practical exercise about the teaching of philosophy from a perspective of global citizenship (UNESCO 2011, 2013, 2015, 2016) (i.e. Peace and Human Rights Education). The first section argues that teaching Philosophy as a subject matter results in enhanced student aesthetics (social and political), epistemology (order, logic and consistence) and ethics (democracy, coexistence and citizenship) (UNESCO 1972, 2004). The second section states that Philosophy as a discipline confers individuals with a better relational awareness of their impact upon the world. They have also reported using argumentation and acquired knowledge in order to improve theoretical problem-solving and strive to analyze individual and collective behavior and will. Students who study Philosophy are more tolerant and understanding of cultural, scientific, social and political phenomena. They also acquire a better attitude towards citizenship and a greater sense of moral action. Lastly, it concludes that despite the global crisis revolving around the lack of interest in the teaching of philosophy, it remains relevant since it fosters in students, cognitive and behavioral skills required for democracy, good governance and global citizenship.