Objectives. To demonstrate the usefulness of an effective and timely information model, underscore the seriousness of the problem of homicides, and point out the need to apply this type of model as well as comprehensive prevention projects, such as Desarrollo, Seguridad y Paz (DESESPAZ). From 1993 to 1998, 11 457 homicides were registered in Cali, Colombia, through an epidemiological surveillance model established under DESESPAZ by the mayor's office in Cali. Methods. Beginning in January 1993, a work group organized by DESESPAZ reviewed and standardized the variables that different institutions gathered about the victims, their assailants, and the facts surrounding each case, and issued a weekly summary bulletin for the mayor and other local authorities. Results. Between 1983 and 1994, the homicide rate increased from 23 to 124 per 100 000 inhabitants. Subsequently, rates went down in 1995, 1996, and 1997 to 112, 102, and 86,1 per 100 000, respectively, and again rose slightly in 1998 to 88 per 100 000. Even though people of all ages, including children under 5, have been victims of violence, the most affected group is that of men between the ages of 20 and 34. The ratio of men to women has varied from 14.3:1 to 9.2:1. In terms of numbers, percentages, and rates, low-income groups are the most seriously affected, although the highest-income groups have had rates as high as 160 per 100 000. A firearm was used in over 80% of homicides, and the crime was most often committed at night and on a weekend. A suspect was identified in only a few cases (8% to 21%). The bivariate analysis revealed a positive association with alcohol consumption by the victim, as well as with the use of firearms by the assailant (OR: 3.1; 95% CI: 2.6 to 3.6). Cases that occurred during a fight between individuals or during group fighting showed an association with the use of a sharp weapon and with alcohol consumption by the victim (OR: 1.9; 95% CI: 1.4 to 2.6). Conclusions. A map shows the homicide distribution by neighborhood, and the benefits of a population-based surveillance model are discussed, particularly their usefulness for identifying risk factors and the measures that can be applied to prevent and control this form of violence.
Objetivos. Mostrar la utilidad de un modelo eficaz y oportuno de información y llamar la atención acerca de la gravedad del problema de los homicidios, así como demostrar la necesidad de mantener este tipo de modelo y de sostener proyectos preventivos integrales, como el Programa Desarrollo, Seguridad y Paz (DESEPAZ). En el período de 1993 a 1998, en Cali, Colombia hubo 11 457 homicidios que fueron registrados mediante un modelo de vigilancia epidemiológica inscrito en DESEPAZ, de la Alcaldía de Cali. Métodos. A partir de enero de 1993, un grupo de trabajo organizado por el DESEPAZ revisó y homogeneizó las variables que diversas instituciones recopilaron sobre las víctimas, los victimarios y las características de los hechos, y produjo un boletín semanal de resumen para el alcalde y las demás autoridades municipales. Resultados. Las tasas de homicidios aumentaron de 23 a 124 por 100 000 habitantes en el período de 1983-1994. Posteriormente disminuyeron en 1995, 1996 y 1997 a 112, 102 y 86,1 por 100 000, respectivamente, y en 1998 ascendieron ligeramente hasta 88 por 100 000 habitantes. Aunque han sido víctimas de homicidios personas de todas las edades, hasta las menores de 5 años, los hombres entre los 20 y 34 años fueron los más afectados. La razón de hombre a mujer ha oscilado entre 14,3:1 y 19,2:1. Los estratos económicos bajos son los más afectados en número, proporción y tasa, aunque los del estrato alto han presentado tasas que llegan hasta 160 por 100 000 habitantes. En más del 80% de los homicidios se utilizó un arma de fuego y el siniestro ocurrió con mayor frecuencia en horas de la noche y durante los fines de semana. En pocos casos (entre 8 y 21%) hubo un sindicado por el hecho. El análisis con dos variables mostró una asociación positiva con el consumo de alcohol por la víctima, y también con el uso de armas de fuego por el victimario (OR: 3,1; IC95%: 2,6 a 3,6). En los casos que ocurrieron durante una riña personal o de grupo se observó su asociación con el uso de un arma cortopunzante y con el consumo de bebidas alcohólicas por parte de la víctima (OR: 1,9; IC95%: 1,4-2,6). Conclusiones. Se presenta un mapa de la distribución de los homicidios por barrio y se comentan los beneficios del modelo de vigilancia de base poblacional, en especial su valor para identificar los factores de riesgo y las medidas para prevenir y controlar este tipo de violencia.