OBJECTIVE: To understand the relative contribution of past events and of current experiences as determinants of health status among the elderly in the Caribbean nation of Barbados, in order to help develop timely public health interventions for that population. METHODS: The information for this prevalence study was collected in Barbados between December 1999 and June 2000 as part of the "SABE project," a multicenter survey in seven urban areas of Latin America and the Caribbean that evaluated determinants of health and well-being in elderly populations (persons 60 and older). We used ordinal logistic regression to model determinants of self-reported health status, and we assessed the relative contribution of historical socioeconomic indicators and of three current modifiable predictor groups (current socioeconomic indicators, lifestyle risk factors, and disease indicators), using simple measures of association and model fit. RESULTS: Historical determinants of health status accounted for 5.2% of the variation in reported health status, and this was reduced to 2.0% when mediating current experiences were considered. Current socioeconomic indicators accounted for 4.1% of the variation in reported health status, lifestyle risk factors for 7.1%, and current disease indicators for 33.5%. CONCLUSIONS: Past socioeconomic experience influenced self-reported health status in elderly Barbadians. Over half of this influence from past events was mediated through current socioeconomic, lifestyle, and disease experiences. Caring for the sick and reducing lifestyle risk factors should be important considerations in the support of the current elderly. In addition, ongoing programs for poverty reduction and increased access to health care and education should be considered as long-term strategies to improve the health of the future elderly.
OBJETIVO: Determinar la contribución relativa de sucesos del pasado y experiencias del presente al estado de salud de las personas de edad en Barbados, a fin de idear intervenciones sanitarias oportunas para esa población. MÉTODOS: La información usada para este estudio de prevalencia se recogió en Barbados entre diciembre de 1999 y junio de 2000 como parte del "proyecto SABE," encuesta multicéntrica efectuada en siete centros urbanos de América Latina y el Caribe para evaluar los factores que inciden en la salud y el bienestar de las personas de edad (de 60 años o más). Mediante regresión logística para datos ordinales se modelaron los factores que inciden en el estado de salud autonotificado, y también se evaluó la contribución relativa de algunos indicadores socioeconómicos del pasado, así como la de tres grupos de factores modificables, relativos al momento presente, con valor pronóstico -indicadores de situación socioeconómica, factores de riesgo asociados con el estilo de vida e indicadores de enfermedad-, usando medidas sencillas para calcular el grado de asociación y el ajuste del modelo. RESULTADOS: Los sucesos del pasado que tuvieron un efecto determinante sobre la salud explicaron 5,2% de la variación del estado de salud autonotificado, cifra que se redujo a 2,0% cuando se tuvo en cuenta la mediación de experiencias del presente. Los indicadores de la situación socioeconómica actual explicaron 4,1% de la variación en el estado de salud autonotificado; los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida explicaron 7,1%, y los indicadores de enfermedad actual, 33,5%. CONCLUSIONES: Las experiencias pasadas de orden socioeconómico influyeron sobre el estado de salud autonotificado por ancianos barbadenses. Más de la mitad de la influencia ejercida por sucesos pasados se vio mediada por experiencias del presente relacionadas con la situación socioeconómica, el estilo de vida y la presencia de enfermedades. El cuidado de los enfermos y la reducción de los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida son aspectos de importancia que deben tenerse presentes al prestarles apoyo a las personas que son ancianas en la actualidad. Además, los programas que están en marcha ahora para reducir la pobreza y aumentar el acceso a la atención de salud y a la educación deben considerarse estrategias de largo plazo orientadas a mejorar la salud de los ancianos del futuro.