Abstract Since the beginning of the COVID-19 pandemic, health institutions had to implement significant transformations in care, which resulted in substantial restrictions on practices that were carried out in person. Within this framework, some experiences managed to sustain group and community practices in the field of mental health. This paper aims to describe and analyze participatory practices developed by the community area of a mental health center in the city of Buenos Aires and its transformations during the COVID-19 pandemic, from the perspective of its professionals. This is an exploratory and descriptive study that understands health and mental health from an integral and non-normative rights perspective. Qualitative techniques are used for data collection and analysis: four interviews and a conversation were carried out, whose sample was intentional and non-probabilistic. The results present, after a brief characterization of the experience, three emerging categories that reflect moments in the institutional work process, centered on the reassignment of tasks, the transformation of group activities and the development of new strategies as an opportunity. The analysis of these categories, in articulation with the recent reform processes in mental health, allows us to conclude that the pandemic has become an analyzer of a significant validity of the biomedical model of care, that hinders the full development of community and practices in mental health. We understand that, in the current context, this can lead to an important loss of opportunities in terms of sustaining and strengthening comprehensive health strategies. Finally, we recognize the importance of sustaining these and other mental health group and community spaces that are alternatives to individualism, medicalization, and the commodification of health and life.
Resumen Desde el inicio de la pandemia por COVID-19 las instituciones de salud tuvieron que implementar transformaciones significativas en la atención, lo que en parte se tradujo en restricciones sustanciales en las prácticas que se desarrollaban de forma presencial. En este marco, algunas experiencias lograron sostener prácticas grupales y comunitarias en el campo de la salud mental. El presente escrito tiene como objetivo describir y analizar prácticas participativas desarrolladas por el área comunitaria de un centro de salud mental de la ciudad de Buenos Aires y sus transformaciones durante la pandemia por COVID-19, desde la perspectiva de sus profesionales. Se trata de un estudio exploratorio y descriptivo que entiende a la salud y la salud mental desde una perspectiva de derechos, integral y no normativa. Se utilizan técnicas cualitativas para la recolección y análisis de datos: se realizaron cuatro entrevistas y un conversatorio cuya muestra fue intencional y no probabilística. Los resultados presentan, luego de una breve caracterización de la experiencia, tres categorías emergentes que reflejan momentos en el proceso de trabajo institucional centrados en la reasignación de tareas, la transformación de actividades grupales y el desarrollo de nuevas estrategias como oportunidad. La discusión de estas categorías en articulación con los procesos de reformas recientes en salud mental nos permite concluir que la pandemia se ha constituido en analizador de una vigencia significativa del modelo biomédico de atención que obstaculiza el pleno desarrollo de prácticas comunitarias en salud mental. Entendemos que, en el contexto actual, esto puede conllevar una importante pérdida de oportunidades en lo que se refiere al sostenimiento y fortalecimiento de estrategias integrales en salud. Finalmente, reconocemos la importancia del sostenimiento de estos y otros espacios grupales y comunitarios de salud mental alternativos al individualismo, la medicalización y la mercantilización de la salud y la vida.