The Bellagio Report on Healthy Agriculture, Healthy Nutrition, Healthy People is the result of the meeting held at the Rockefeller Foundation Bellagio Center in Lake Como, Italy 30 October-1 November, 2012. The meeting was science-based but policy-oriented. The role and amount of healthy and unhealthy fats, with attention to the relative content of omega-3 and omega-6 fatty acids, sugar, and particularly fructose in foods that may underlie the epidemics of non-communicable diseases (NCDs) worldwide were extensively discussed. The report concludes that sugar consumption, especially in the form of high energy fructose in soft drinks, poses a major and insidious health threat, especially in children, and most diets, although with regional differences, are deficient in omega-3 fatty acids and too high in omega-6 fatty acids. Gene-nutrient interactions in growth and development and in disease prevention are fundamental to health, therefore regional Centers on Genetics, Nutrition and Fitness for Health should be established worldwide. Heads of state and government must elevate, as a matter of urgency, nutrition as a national priority, that access to a healthy diet should be considered a human right and that the lead responsibility for nutrition should be placed in Ministries of Health rather than agriculture so that the health requirements drive agricultural priorities, not vice versa. Nutritional security should be given the same priority as food security.
El Informe Bellagio sobre la actividad agropecuaria y la nutrición para la salud de las personas es el resultado de la reunión celebrada del 30 de octubre al 1 de noviembre del 2012 en el Centro Bellagio de la Fundación Rockefeller, ubicado a orillas del lago de Como (Italia). La reunión se basó en datos científicos, pero estuvo orientada a cuestiones de política. Se trataron ampliamente los temas de la función y la cantidad de las grasas saludables y las grasas poco saludables en los alimentos, con atención especial a su contenido relativo de ácidos grasos omega-3 y omega-6, y de azúcar, en particular fructosa, que pueden ser la causa de la epidemia de enfermedades no transmisibles en el mundo. El informe concluye que el consumo de azúcares, sobre todo en la forma de fructosa de alto contenido energético contenida en las bebidas gaseosas, supone una amenaza grave e insidiosa para la salud, especialmente en la niñez, y que la mayoría de los regímenes alimentarios, aunque con diferencias regionales, contienen cantidades insuficientes de ácidos grasos omega-3 y cantidades demasiado elevadas de ácidos grasos omega-6. Dado que las interacciones entre los genes y los nutrientes durante el crecimiento y el desarrollo, así como en la prevención de las enfermedades, son fundamentales para la salud, deben establecerse en todo el mundo centros regionales de genética, nutrición y buena condición física para promover la salud. Los jefes de Estado y de gobierno deben elevar la nutrición, con carácter de urgencia, al nivel de prioridad nacional, lograr que el acceso a un régimen alimentario saludable se considere un derecho humano, y hacer que la responsabilidad principal en materia de nutrición recaiga en los ministerios de salud, en lugar de en los ministerios de agricultura y ganadería, a fin de que las necesidades de salud orienten las prioridades agropecuarias, y no a la inversa. Debe asignarse a la seguridad nutricional la misma prioridad que a la seguridad alimentaria.