Abstract Sustainability represents a major concern in recent years due to climate change pressure. The diet itself contribute to the emission of greenhouse gasses, water and land use, energy consumption and environment contamination. The Mediterranean diet should be understood not only as a set of foods but also as a cultural model that involves the way foods are selected, produced, processed and distributed. The Mediterranean dietary pattern is presented not only as a cultural model but also as a healthy and environmentally friendly model. The recognition by UNESCO, with the consequent increased visibility and acceptance of the Mediterranean diet around the world, along with better and more scientific evidence regarding its benefits and effectiveness on longevity, quality of life and disease prevention, have taken this dietary pattern to an unprecedented historical moment. This is a favorable situation that could possibly enable the strengthening of the Mediterranean diet around the world, thus potentiating improvements in global health indicators and in a reduction of environmental impact by production and transportation of food resources. Therefore, the Mediterranean diet should be seen for what it is: an extremely and incomparable healthy, affordable and environmentally sustainable food model, as well as an ancient cultural heritage that confers identity and belonging. From the heart to the earth through the road of culture, the Mediterranean diet is a cultural heritage that looks to the future.
Resumen La sostenibilidad representa una gran preocupación en los últimos años debido a los efectos del cambio climático. La dieta, el uso del agua y de la tierra, el consumo de energía y la contaminación del medioambiente son elementos que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero. La dieta mediterránea debe entenderse no solo como un conjunto de alimentos, sino también como un modelo cultural que involucra la forma en que los alimentos se seleccionan, producen, procesan y distribuyen. El patrón dietético mediterráneo se presenta no solo como un modelo cultural, sino también como un modelo ecológico. El reconocimiento de la Unesco, con la consiguiente mayor visibilidad y aceptación de la dieta mediterránea en todo el mundo y el mayor número de evidencias científicas sobre sus beneficios y efectividad en cuanto a la longevidad, calidad de vida y prevención de enfermedades, han llevado a este patrón dietético a un nivel sin precedentes. Esta es una situación favorable que, posiblemente, podría permitir el fortalecimiento de la dieta mediterránea en todo el mundo, potenciando mejoras en los indicadores de salud mundial y en la reducción del impacto ambiental por la producción y transporte de los recursos alimentarios. Por ello, la dieta mediterránea debe ser vista como un modelo alimentario saludable, asequible y ambientalmente sostenible, así como un patrimonio cultural antiguo que confiere identidad y pertenencia. Del corazón a la tierra a través del camino de la cultura, la dieta mediterránea es un patrimonio cultural que mira hacia el futuro.