It is a documented fact that teenage mothers have worse maternal and child health indicators than older ones. Thus, the purpose of this paper was to investigate some maternal characteristics (biological and behavioral) that could affect their childrens' health. With information derived from the 1990 Prevalence, Demographic, and Health Survey, we studied all children under 5 (n = 4 971) and their respective mothers. Independent variables were age (at the time of the survey), marital status, urban or rural residence, socioeconomic bracket, and parity; dependent variables were low birth weight, prenatal care, early prenatal care, and having a vaccination card. We found that in Colombia most pregnant women were receiving prenatal care from a physician or no prenatal care; very few were under care by a traditional birth attendant, nurse, or other type of health worker. The odds of having a low birth weight infant were higher among pregnant teenagers than among women between the ages of 20 and 24 years. Notwithstanding, these two groups of women showed similar results in terms of behavioral variables (prenatal care, early prenatal care, and having a vaccination card). On the other hand, these indicators were better among married mothers as opposed to those who were unwed, widowed, separated, living with a partner out of wedlock, or divorced. In short, teenage pregnancy should be viewed as high risk not only because of the poor development of the reproductive organs, but also because of behavioral considerations. The risk is even higher when the future mother is legally married, has two or more children, does not live in an urban environment, has a low income, and has little formal education.
Se ha documentado que las madres adolescentes presentan peores indicadores de salud maternoinfantil que las de mayor edad. Por ello, el propósito de esta investigación fue estudiar para Colombia algunas características maternas (biológicas y conductuales) que pudieran afectar a la salud de sus hijos. Con información proveniente de la Encuesta de Prevalencia, Demografía y Salud de 1990, se estudió a la totalidad de niños menores de 5 años (n = 4971) y a sus respectivas madres. Las variables independientes fueron edad (en el momento de la encuesta), estado civil, residencia urbana o rural, nivel socioeconómico y paridad; las variables dependientes fueron bajo peso al nacer, atención prenatal, atención prenatal oportuna y tenencia de la tarjeta de vacunación. Se encontró que en Colombia la mayoría de las mujeres embarazadas o bien recibían atención prenatal de un médico o no recibían atención alguna; muy pocas acudieron con una partera, enfermera u otro personal de salud. En las adolescentes embarazadas la posibilidad de tener un hijo con bajo peso al nacer fue más alta que en las mujeres de 20 a 24 años. Sin embargo, estos dos grupos de mujeres tuvieron resultados similares en las variables del comportamiento (atención prenatal, atención prenatal oportuna y tenencia de la tarjeta de vacunación), a excepción de que hubo más adolescentes que no tenían la tarjeta de vacunación. Por otra parte, estos indicadores fueron mejores en las madres casadas en comparación con las mujeres solteras, viudas, separadas, en unión consensual o divorciadas. En conclusión, el embarazo de una adolescente debe considerarse de alto riesgo, no solo por la falta de desarrollo de su sistema reproductivo sino también por sus características de comportamiento. El riesgo es aun mayor cuando la futura madre no se encuentra legalmente casada, tiene dos o más hijos, no vive en una zona urbana, es de bajos ingresos y tiene poca educación formal.