Bipolar Affective Disorder (BD) is a severe mental pathology characterized by recurrent mood episodes that usually cycle between two opposite poles: mania or hypomania and depression. It has a high level of morbidity/mortality (i.e., cardiovascular disease, cognitive impairment, altered functionality, and absenteeism from work) and associated substantial socioeconomic costs. The most dramatic outcome is death by suicide, which occurs in 5% to 15% of patients. Early detection plays a vital role in modifying the natural course of the disease. It is essential to determine the disease's risk and specific protective factors to prevent its occurrence, delay its appearance, and reduce its deterioration effects. Characteristics such as genetic profile, cognitive reserve (partially explained by educational level and premorbid intelligence), chronotype (particularly morning chronotype), personality aspects (including resilience and hyperthymic temperament), the absence of substance use and childhood maltreatment, in addition to an adequate support network, have been associated with a lower impact in the onset and course of the disease. Once present, interventions -both in the early and late stages (i.e., specific pharmacotherapy and psychotherapy, dietary factors, physical activity, and judicious use of antipsychotics)-can play a protective role against the appearance of the disease and the severity of its mood episodes.
RESUMEN El Trastorno Afectivo Bipolar es una patología mental grave, de curso cíclico, caracterizada por episodios anímicos recurrentes que habitualmente transcurren entre dos polos opuestos: la manía o hipomanía y la depresión. Cuenta con una elevada morbimortalidad (enfermedad cardiovascular, deterioro cognitivo, alteración de la funcionalidad y ausentismo laboral) y costo socioeconómico asociado, siendo su desenlace más dramático la muerte por suicidio (el cual sucede en 5% a 15% de los pacientes). La detección precoz juega un rol importante en modificar el curso natural de la enfermedad; un elemento fundamental, junto con determinar los factores de riesgo para TAB, consiste en la identificación de factores protectores específicos, de modo que la enfermedad no se presente, y de serlo así, sea más tarde y con menor deterioro. Características tales como el perfil genético, la reserva cognitiva (explicada en parte por el nivel educacional y la inteligencia premórbida), el cronotipo (en particular el cronotipo matutino), aspectos de personalidad (que incluyen la resiliencia y el temperamento hipertímico), la ausencia de consumo de sustancias y maltrato infantil, además de una adecuada red de apoyo, se han asociado con un menor impacto en relación al inicio y curso de la enfermedad. Una vez presente, intervenciones tanto en la etapa temprana como tardía (farmacoterapia y psicoterapias específicas, factores dietéticos, actividad física y uso juicioso de antipsicóticos), pueden jugar un rol protector en relación a la aparición y/o gravedad de los episodios anímicos.