Type 2 diabetes mellitus comprises a group of non-communicable metabolic diseases with an expanding pandemic magnitude. Diabetes predisposes to lower extremities ulceration and impairs the healing process leading to wounds chronification. Diabetes also dismantles innate immunity favoring wound infection. Amputation is therefore acknowledged as one of the disease's complications. Hyperglycemia appears as the proximal detonator of toxic effectors including pro-inflammation, spillover of reactive oxygen and nitrogen species. The systemic accumulation of advanced glycation end-products irreversibly impairs the entire physiology from cells-to-organs. Insulin axis deficiency weakens wounds' anabolism and predisposes to inflammation. These factors converge to hamper fibroblasts and endothelial cells proliferation, migration, homing, secretion and organization of a productive granulation tissue. Diabetic wound bed may turn chronically inflamed, pro-catabolic and a superimposed source of circulating pro-inflammatory cytokines, establishing a self-perpetuating loop. Diabetic toxicity breadth includes mitochondrial damages in fibroblasts and endothelial cells becoming prone to apoptosis thus hindering granulation. Endothelial progenitor cells recruitment and tubulogenesis are also impaired. Failure of wound re-epithelialization remains as a clinical challenge while it appears to be biologically multifactorial. Novel medical interventions as the local intra-ulcer infiltration of epidermal growth factor have emerged to hopefully reduce the current worldwide amputation rates.
La diabetes mellitus tipo 2 implica desórdenes metabólicos no transmisibles, cuya incidencia va en aumento, con una extensión casi pandémica. Predispone a padecer úlceras en las extremidades inferiores y a su cronicidad, al afectar el proceso de cicatrización. También interfiere la inmunidad innata, lo que favorece la infección de posibles lesiones, y puede conducir a la amputación. La hiperglucemia desencadena los efectores tóxicos que incluyen la inflamación y la producción en exceso de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno. Los productos finales altamente glicosilados, que se acumulan sistemáticamente, desarticulan la estructura de células y órganos. La deficiencia en el eje insulínico debilita el anabolismo en las lesiones y predispone a la inflamación. Estos factores convergen y debilitan la proliferación, la migración, el direccionamiento, la secreción y la organización de los fibroblastos y células endoteliales, lo que interfiere en la formación de tejido de granulación útil. El lecho de las heridas puede convertirse en una fuente inflamatoria y procatabólica de citocinas, y constituir un ciclo de perpetuación. La toxicidad diabética provoca daños mitocondriales en los fibroblastos y las células endoteliales, que los hace susceptibles de apoptosis y dificulta la granulación del tejido. También afecta el reclutamiento de las células progenitoras endoteliales, e impide la tubulogénesis. La regeneración del tejido epitelial en las lesiones sigue siendo un desafío clínico que depende de múltiples factores biológicos. Nuevas intervenciones médicas, como la infiltración local intralesional del factor de crecimiento epidérmico recombinante, prometen la reducción de las tasas mundiales de amputación.