The atrocities of the so-called western civilization, the unlimited mercantilism and individualism, the different forms of violence and the dehumanized use of science and technology, together with the positive results of development, have been spread all over the world by the phenomenon of globalization, endangering in some cases the existance of life in the planet. This has led to a moral crisis of society based on the economic and juridical order of exploitation. Pragmatism as a physlosophy of the monopolies has distorted morality and not only preaches that what is useful is true, but that what is useful is moral. This has been the justification of the most ferocious individualism humanity has ever known. To face it, it is necessary to wage a strong moralizing battle having as a ruling principle the need of an economic and juridical order with equity and the social participation of the masses, which is the only way to conquer the moral humanism men need to save themselves. A moral giving priority to peace, to solidarity among the peoples and to consideration with the neighbor, be a culture or an individual. A moral that encourages the rulers, the community, the family an the individual to enjoy the pleasure of helping others to progress. To initiate this dialogue and these unpostponable reflexions and to clarify and to have a thorough knowledge of the terms and concepts related to moral and ethics, I suggest this modest attempt in the form of essay. Knowing the elementary differences between moral, morality, ethics and bioethics, medical ethics and other related terms, as well as reflecting on the characteristics of bioethics, its origin and scope may help us to find out the ill-intentioned use some made of it and how important it is to turn it into an instrument of education and ideological struggle for the benefit of the exploited and discriminated of the Third World and of millions of people that having a good living standard cannot enjoy it due to the moral conflicts and alineation they have been led to by a world of violence, individualism, distrust and false needs of consumption as a synoym of happiness, and by a terrifying figure of evasive behaviors taking refuge in the increasing use of drugs and alcohol. Progressive men should commit themselves with the ethic denounce against dehumanization and the hegemonism of market and violence, which persist in subjecting humanity to their selfish purposes
Las barbaridades de la llamada civilización occidental, el mercantilismo y el individualismo ilimitados, las distintas formas de violencia y hasta el uso deshumanizado de la ciencia y la tecnología, junto a resultados positivos del desarrollo, han sido distribuidos por el mundo por el fenómeno de la globalización; poniendo en peligro, en algunos casos, hasta la existencia de la vida en el planeta. Esto ha conducido a una crisis moral de la sociedad basada en el orden económico y jurídico de la explotación. El pragmatismo como filosofía de los monopolios ha distorsionado la moralidad y no solo predica que lo útil es lo verdadero, sino también que lo útil es lo moral. Esta ha sido la justificación del individualismo más feroz que ha conocido la humanidad. Ante esto es necesario desencadenar una fuerte batalla moralizadora que tenga como principio rector la necesidad de un orden económico y jurídico con equidad y participación social de las mayorías; que solo así se puede llegar a conquistar el humanismo moral que necesitan los hombres para salvarse. Una moral que priorice la paz, la solidaridad entre los pueblos, y la consideración con el prójimo, sea una cultura o un individuo. Una moral que motive a gobernantes, a la comunidad, a la familia y al individuo a disfrutar el placer de ayudar al progreso del otro. Para iniciar este diálogo y estas reflexiones impostergables, ganando claridad y domino de los términos y conceptos relacionados con la moral y las éticas, propongo este modesto intento en forma de conferencia. Saber las diferencias elementales entre moral, moralidad, ética, bioética, ética médica y otros términos afines, así como reflexionar sobre las características de la bioética, de su nacimiento y alcance, puede ayudar a descubrir los usos mal intencionados que algunos hacen de ella y lo imprescindible de convertirla en arma de educación y lucha ideológica, para beneficio de los explotados y discriminados del tercer mundo y para millones de personas que teniendo un buen nivel de vida, no lo pueden disfrutar por los conflictos morales y la enajenación a que los ha conducido el mundo de violencia, individualismo, desconfianza y de falsas necesidades de consumo como sinónimo de felicidad, y a una cifra aterradora de conductas evasivas que se refugian en el creciente consumo de alcohol y drogas. Los hombres de pensamiento progresista tienen que asumir posiciones de compromiso en la denuncia ética contra la deshumanización y el hegemonismo del mercado y la violencia, empecinado en someter a la humanidad a sus propósitos egoístas