ABSTRACT The indigenous population has lower living conditions reflected in higher morbidity and mortality despite the coverage of the Health System, so it is important to know the causes of these differences. For this, Interculturality is used as a bridge between western culture and indigenous culture. In this meeting of knowledge, the indigenous health model is identified as a cultural response to the need to maintain health and treat disease, a hierarchically organized model in which the health of the individual also depends on their habits, on harmony with nature, the spirit, the gods and their community. Until recently, this model had been undervalued by the scientific community, but thanks to studies in Interculturality, it is known that health must also be intercultural and that public policies must include it in order to obtain the expected results in the target community. To make these public policies a reality, there must be a will and a political agenda, an adequate structure in the health services and training of health professionals in interculturality from their technical, technological, professional and postgraduate studies. These public policies must contain training, use of the local indigenous language, food and equipment with traditional elements, respectful dialogue with traditional doctors, humanized care, among others. This provides quality health care that is respectful of cultural differences to the entire population.
RESUMEN La población indígena tiene condiciones de vida inferiores al resto, reflejadas en mayor morbilidad y mortalidad a pesar de la cobertura del Sistema de Salud. Por ello, es importante conocer las causas de estas diferencias. Para esto, se hace uso de la interculturalidad como puente entre la cultura occidental y la cultura indígena. En este encuentro de saberes se identifica el modelo de salud indígena como respuesta cultural a la necesidad de mantener la salud y tratar la enfermedad, un modelo organizado jerárquicamente en el que la salud del individuo depende además de sus hábitos, de la armonía con la naturaleza, el espíritu, los dioses y su comunidad. Este modelo había sido menospreciado hasta hace poco tiempo por la comunidad científica; pero, gracias a los estudios en interculturalidad, se sabe que la salud también debe ser intercultural y que las políticas públicas deben incluirla para poder obtener los resultados esperados en la comunidad objetivo. Para hacer realidad estas políticas públicas debe haber voluntad y agenda política, una adecuada estructura en los servicios de salud y formación de los profesionales de la salud en interculturalidad desde sus estudios técnicos, tecnológicos, profesionales y de posgrado. Esas políticas públicas deben contener: capacitación, empleo de la lengua indígena local, alimentación y equipamiento con elementos tradicionales, diálogo respetuoso con los médicos tradicionales, atención humanizada, entre otros. Así se brinda una atención en salud de calidad que respeta las diferencias culturales de toda la población.