The efficacies of using residual house spraying and insecticide-treated nets against malaria vectors are compared, using data from six recent comparisons in Africa, Asia and Melanesia. By all the entomological and malariological criteria recorded, pyrethroid-treated nets were at least as efficacious as house spraying with dichlorodiphenyltrichloroethane (DDT), malathion or a pyrethroid. However, when data from carefully monitored house spraying projects carried out between the 1950s and 1970s at Pare-Taveta and Zanzibar (United Republic of Tanzania), Kisumu (Kenya) and Garki (Nigeria) are compared with recent insecticide-treated net trials with apparently similar vector populations, the results with the insecticide-treated nets were much less impressive. Possible explanations include the longer duration of most of the earlier spraying projects and the use of non-irritant insecticides. Non-irritant insecticides may yield higher mosquito mortalities than pyrethroids, which tend to make insects leave the site of treatment (i.e. are excito-repellent). Comparative tests with non-irritant insecticides, including their use on nets, are advocated. The relative costs and sustainability of spraying and of insecticide-treated net operations are briefly reviewed for villages in endemic and epidemic situations and in camps for displaced populations. The importance of high population coverage is emphasized, and the advantages of providing treatment free of charge, rather than charging individuals, are pointed out.
Se examinan los datos aportados por ensayos llevados a cabo recientemente en seis países para comparar la eficacia del rociamiento de acción residual de los hogares con la de los mosquiteros impregnados de piretroide como formas de lucha contra los vectores del paludismo. En la República Unida de Tanzanía, la lambda-cihalotrina utilizada ya fuera para rociar o para impregnar los mosquiteros tuvo efectos similares en lo siguiente: la densidad del vector; la tasa de esporozoítos; la intensidad de la hematofagia en las habitaciones tratadas; la incidencia de reinfecciones; y los niveles de hemoglobina en los niños. En Sudáfrica, el rociamiento con deltametrina no impidió que a partir de 1997 se produjera un aumento del número de casos de paludismo, causado al parecer por la aparición de Anopheles Funestus resistente a los piretroides, pero se observó una ligera disminución del número de casos cuando se emplearon mosquiteros tratados con piretroides. En la República Popular China, el rociamiento con diclorodifeniltricloroetano (DDT) y los mosquiteros tratados con deltametrina influyeron de forma similar en el número de casos de paludismo. El rociamiento con malatión y el empleo de mosquiteros tratados con permetrina también se tradujeron en resultados similares en poblaciones desplazadas afganas en el Pakistán. En la India, el número de casos de paludismo detectados cuando se utilizó deltametrina para tratar los mosquiteros fue menor que cuando se hicieron rociamientos con ese producto. En las Islas Salomón, donde A. farautise ha hecho resistente al rociamiento de hogares adaptando su comportamiento, los mosquiteros tratados con permetrina causaron una alta mortalidad entre los mosquitos que abandonaban las casas tratadas, mientras que el rociamiento con DDT no tuvo ese efecto. El panorama cambia cuando los ensayos llevados a cabo recientemente con mosquiteros o cortinas tratados en la República Unida de Tanzanía, Kenya y Burkina Faso se comparan con los proyectos emprendidos entre los años cincuenta y setenta mediante el rociamiento de hogares contra poblaciones de vectores aparentemente comparables. El proyecto llevado a cabo en los años cincuenta en la zona de Pare-Taveta de la República Unida de Tanzanía y Kenya, en el que se recurrió al rociamiento con dieldrina, redujo a la mitad la mortalidad por todas las causas, lo cual supera los resultados obtenidos en los recientes ensayos organizados por la OMS con material impregnado de piretroides. El proyecto de rociamiento mejoró asimismo la hemoglobinemia de los niños, que superó los niveles observados recientemente con los mosquiteros tratados en la República Unida de Tanzanía. En Zanzíbar, en los años sesenta, los casos de paludismo, hasta entonces holoendémico, se redujeron hasta alcanzarse una prevalencia del parásito del 3%-5% en los niños al cabo de 10 años de rociamiento de los hogares con DDT, lo que supone una reducción mucho mayor que la notificada por cualquiera de los proyectos emprendidos con mosquiteros tratados. En los años setenta el rociamiento con fenitrotión cerca de Kisumu (Kenya) redujo unas 20 veces la tasa de conversión positiva para el parásito entre los lactantes, mientras que en los años noventa los mosquiteros tratados de Kilifi (Kenya) sólo redujeron las tasas a la mitad. También la mortalidad se redujo de forma más pronunciada en el ensayo de Kisumu. Se ha considerado que los resultados de un ensayo de rociamiento con propoxur llevado a cabo en Garki (Nigeria) en los años setenta demostraron que el rociamiento de hogares no combate de forma satisfactoria el paludismo en la sabana sudanesa en África, donde una proporción de la población de A. gambiae s.l. es sistemáticamente exófila. Sin embargo, los resultados notificados hasta ahora respecto a las cortinas tratadas con permetrina, en la misma zona de Burkina Faso, no son mejores que los de Garki, y en algunos aspectos son incluso peores. Se da pues la paradoja de que, mientras que las recientes comparaciones paralelas del rociamiento y los mosquiteros tratados han sido en todos los casos favorables a estos últimos, los mosquiteros tratados no dan mejores resultados que los antiguos proyectos de rociamiento. Una posible explicación, que merece ser investigada, es que los insecticidas con efectos irritadores relativamente leves, como son los usados en varios de los proyectos de rociamiento, matan más mosquitos que los piretroides, que pueden alejar a los insectos sin matarlos. En lo referente al costo, la mayoría de las comparaciones entre el rociamiento y los mosquiteros tratados son favorables a estos últimos. Muchos consideran que las personas en riesgo de paludismo tendrán que pagar por el tratamiento de sus mosquiteros. Sería lamentable que como consecuencia de un cambio de política -fomento de los mosquiteros tratados por oposición al rociamiento de hogares- la lucha antipalúdica acabase siendo costeada no por los contribuyentes prósperos, sino por agricultores que viven con ingresos de subsistencia. Esta revisión muestra que el tratamiento repetido gratuito y comunitario de los mosquiteros es una opción barata y fácilmente viable y hace posible una alta cobertura de la población. Sin embargo, las mejoras logradas hasta ahora han sido relativamente discretas en comparación con las conseguidas mediante el rociamiento de los hogares hace 25-40 años.
L’article examine les données résultant d’essais récents effectués dans six pays en vue de comparer l’efficacité contre les vecteurs du paludisme des pulvérisations à effet rémanent dans les habitations et celle de l’utilisation de moustiquaires imprégnées de pyréthrinoïdes. En République-Unie de Tanzanie, le lambdacyhalothrine en pulvérisations domiciliaires et utilisé pour l’imprégnation des moustiquaires avait des effets comparables sur les paramètres suivants : densité vectorielle ; indice sporozoïtique ; activité trophique dans les pièces traitées ; incidence de la réinfestation après élimination du parasite et taux d’hémoglobine chez les enfants. En Afrique du Sud, les pulvérisations de deltaméthrine n’ont pas permis de prévenir l’augmentation du nombre des cas de paludisme observée depuis 1997, due apparemment à l’émergence d’ Anopheles funestus résistant aux pyréthrinoïdes, mais l’utilisation de moustiquaires imprégnées de pyréthrinoïdes a provoqué un léger recul du nombre des cas. En République populaire de Chine, les pulvérisations de dichlorodiphényltrichloroéthane (DDT) et l’utilisation de moustiquaires imprégnées de deltaméthrine ont eu des effets comparables sur le nombre des cas de paludisme. Des résultats analogues ont également été observés dans les populations afghanes déplacées au Pakistan avec le traitement des habitations au malathion et l’utilisation de moustiquaires imprégnées de perméthrine. En Inde, les cas de paludisme dépistés ont été moins nombreux après l’utilisation de moustiquaires imprégnées de deltaméthrine qu’après les pulvérisations domiciliaires de deltaméthrine. Dans les Iles Salomon, où A. farauti est devenu résistant au traitement des habitations en adaptant son comportement, l’utilisation de moustiquaires imprégnées de perméthrine, contrairement aux pulvérisations de DDT, a été assortie d’une forte mortalité des moustiques sortant des habitations traitées. Le tableau est différent lorsqu’on compare des essais récents effectués avec des moustiquaires ou des rideaux imprégnés en République-Unie de Tanzanie, au Kenya et au Burkina Faso à des projets utilisant le traitement des habitations contre des populations de vecteurs apparemment comparables, réalisés entre les années 50 et 70. Les pulvérisations domiciliaires de dieldrine dans le cadre du projet mis en œuvre dans les années 50 dans la zone de Pare-Taveta en République-Unie de Tanzanie et au Kenya ont permis de réduire de moitié la mortalité toutes causes confondues, ce qui est supérieur aux résultats des essais récents organisés par l’OMS avec des étoffes imprégnées de pyréthrinoïdes. Le projet de pulvérisations a également entraîné une amélioration des taux d’hémoglobine des enfants plus sensible que l’amélioration observée récemment après l’utilisation de moustiquaires imprégnées en République-Unie de Tanzanie. A Zanzibar dans les années 60, un niveau de paludisme précédemment holoendémique a été ramené à un indice plasmodique de 3-5% chez les enfants par 10 années de traitement des habitations au DDT - soit une réduction nettement supérieure aux résultats obtenus pour tous les autres projets utilisant des moustiquaires imprégnées. Dans les années 70, les pulvérisations de fénitrothion près de Kisumu au Kenya ont eu pour effet de réduire de 20 fois environ le taux de nourrissons positifs pour la première fois tandis que, dans les années 90, les moustiquaires imprégnées à Kilifi au Kenya n’ont permis de réduire les taux que de moitié. La mortalité semblait aussi avoir été réduite sensiblement dans l’essai de Kisumu. Les auteurs d’un essai de pulvérisations de propoxur réalisé à Garki au Nigéria dans les années 70 ont considéré que les résultats obtenus témoignaient de l’impossibilité de combattre efficacement le paludisme par le traitement des habitations dans la zone de savane du Soudan, où une partie de la population de A. gambiae s.l. est régulièrement exophile. Les résultats dont il est fait état à ce jour concernant les tentures imprégnées de perméthrine, dans une zone identique du Burkina Faso, n’étaient cependant pas meilleurs que ceux de Garki, et même plus mauvais à certains égards. Paradoxalement, on constate donc que si les comparaisons récentes pulvérisations-moustiquaires imprégnées ont toutes penché en faveur des moustiquaires imprégnées, celles-ci ne soutiennent pas avantageusement la comparaison avec des projets de pulvérisations antérieurs. Une explication possible, qui mériterait plus ample examen, est que les insecticides relativement peu irritants, comme ceux qui sont utilisés dans plusieurs projets de pulvérisations, tuent plus de moustiques que les pyréthrinoïdes, qui ont un effet répulsif sur les moustiques mais ne les tuent pas. La plupart des comparaisons entre le coût des pulvérisations et celui des moustiquaires imprégnées sont favorables à ces dernières. On estime couramment que les personnes exposées au risque de paludisme devront assumer le coût de l’imprégnation des moustiquaires. Il serait regrettable qu’un changement de politique, à savoir l’adoption des moustiquaires imprégnées aux dépens du traitement des habitations, ait pour effet de faire peser la responsabilité financière de la lutte antipaludique non plus sur les contribuables nantis mais sur les paysans pratiquant une agriculture de subsistance. Cette étude montre que la réimprégnation des moustiquaires peut être organisée facilement et à moindres frais au niveau communautaire, et qu’elle permet une couverture importante de la population. Toutefois, les bienfaits observés à ce jour restent modestes par rapport aux résultats des pulvérisations domiciliaires effectuées il y a 25-40 ans.