Despite widespread enthusiasm for broader participation in health policy and programming, little is known about the ways in which multi-sector groups address the challenges that arise in pursuing this goal. Based on the experience of Peru's National Multi-sector Health Coordinating Body (CONAMUSA), this article characterizes these challenges and identifies organizational strategies the group has adopted to overcome them. Comprising nine government ministries, nongovernmental organizations, academia, religious institutions, and international cooperation agencies, CONAMUSA has faced three principal challenges: 1) selecting representatives, 2) balancing membership and leadership across sectors, and 3) negotiating role transition and conflict. In response, the group has instituted a rotation system for formal leadership responsibiliti es, and professionalized management functions; created electoral systems for civil society; and developed conflict of interest guidelines. This case study offers lessons for other countries trying to configure multi-sector groups, and for donors who mandate their creation, tempering unbridled idealism toward inclusive participation with a dose of healthy realism and practical adaptation.
A pesar del entusiasmo generalizado por la mayor participación en las políticas y programas sanitarios, poco se sabe sobre las formas de afrontar los retos que se plantean en la consecución de este objetivo por parte de los grupos multisectoriales. Este artículo parte de la experiencia de la Coordinadora Nacional Multisectorial en Salud del Perú (CONAMUSA) para caracterizar dichos retos e identificar las estrategias de organización que ha adoptado el grupo a fin de superarlos. CONAMUSA, formada por nueve ministerios del gobierno, organizaciones no gubernamentales, instituciones académicas, organizaciones religiosas y agencias de cooperación internacional, se ha enfrentado con tres retos fundamentales: 1) elegir a los representantes, 2) encontrar el equilibrio entre la representación de los miembros y el liderazgo en los distintos sectores y 3) negociar el cambio de roles y los conflictos. Para responder a estos retos el grupo ha establecido un sistema rotatorio para las responsabilidades formales de liderazgo y ha profesionalizado las funciones de gestión, se han creado sistemas electorales para la sociedad civil y se han elaborado pautas para los conflictos de intereses. Este estudio de casos aporta lecciones para otros países que estén tratando de configurar grupos multisectoriales, así como para los organismos de ayuda que dirigen su creación, suavizando los idealismos extremos con una dosis de realismo saludable y de adaptación práctica para lograr una participación inclusiva.