Resumen México enfrenta profundas desigualdades: el 10% más rico concentra el 57.4% de los ingresos y el 78.7% de la riqueza del país, mientras que el 50% más pobre apenas accede al 9.2% de los ingresos y carece de riqueza significativa. La desigualdad social y la pobreza están estrechamente relacionadas. Aunque la desigualdad no es la única causa de la pobreza, desempeña un papel significativo en su perpetuación. Abordar la desigualdad social es esencial para combatir eficazmente la pobreza y construir sociedades más equitativas y justas. La tasa de mortalidad infantil TMI es un indicador clave, fuertemente influenciado por factores estructurales como la pobreza, que refleja muertes evitables, innecesarias y prematuras, que pueden prevenirse mediante acciones individuales y colectivas de atención. La relación entre pobreza y salud infantil es bien reconocida, ya que la pobreza está asociada con los peores resultados en la salud infantil, particularmente en la mortalidad infantil. En 2020, la distribución de la mortalidad infantil entre las entidades federativas de México fue notablemente heterogénea, con tasas que oscilaron entre 6.1 y 20.5 defunciones por cada 1,000 nacimientos. El coeficiente de correlación de Pearson entre la TMI y el porcentaje de personas en situación de pobreza extrema r = 0.550, el rezago educativo r = 0.530, la carencia de acceso a los servicios de salud r = 0.547; y las personas con 3 o más carencias sociales r = 0.520 fue alto y estadísticamente significativo; pero también la TMI está moderadamente asociada a la pobreza r = 0.494 y la carencia de seguridad social r = 0.494. Las 9 entidades con altas o muy altas tasas de mortalidad infantil y pobreza extrema fueron Chiapas, Guerrero, México, Michoacán, Puebla, Oaxaca, Tabasco, Tlaxcala y Yucatán. Aunque México ha logrado reducir su tasa de mortalidad infantil, esta sigue siendo muy superior al promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE. Para continuar disminuyendo esta tasa, es necesario abordar la reducción de la pobreza, expandir el acceso a servicios de salud esenciales, mejorar la atención prenatal y posnatal, y fortalecer los servicios preventivos, como la vacunación. Se requiere impulsar un programa especial que involucre a todas las instituciones de salud y cuente con recursos adecuados. Es crucial priorizar las acciones en las 9 entidades más afectadas. Resulta inaceptable que, en el año 2020, la mortalidad infantil en Oaxaca haya sido más de 3 veces superior a la de Nayarit.
Abstract Mexico faces deep inequalities: the richest 10% concentrate 57.4% of the country's income and 78.7% of its wealth, while the poorest 50% have access to barely 9.2% of the income and lack significant wealth. Social inequality and poverty are closely linked. While inequality is not the only cause of poverty, it plays a significant role in perpetuating it. Addressing social inequality is essential to effectively combat poverty and build more equitable and fair societies. The infant mortality rate IMR is a key indicator, strongly influenced by structural factors such as poverty, which reflects avoidable, unnecessary and premature deaths, which can be prevented through individual and collective actions. The relationship between poverty and child health is well recognized, as poverty is associated with the worst outcomes in child health, particularly in infant mortality. In 2020, the distribution of infant mortality among the Mexican states was remarkably heterogeneous, with rates ranging from 6.1 to 20.5 deaths per 1,000 births. The Pearson correlation coefficient between the IMR and the percentage of people living in extreme poverty r = 0.550, educational gap r = 0.530, lack of access to health services r = 0.547; and people with 3 or more social deficiencies r = 0.520 was high and statistically significant; but the IMR is also moderately associated with poverty r = 0.494 and lack of social security r = 0.494. The nine entities with high or very high rates of infant mortality and extreme poverty were Chiapas, Guerrero, Mexico, Michoacán, Puebla, Oaxaca, Tabasco, Tlaxcala, and Yucatán. Although Mexico has managed to reduce its infant mortality rate, it is still much higher than the average for Organization for Economic Cooperation and Development OECD countries. To further reducing this rate, it is necessary to address poverty reduction, expand access to essential health services, improve prenatal and postnatal care, and strengthen preventive services, such as vaccination. A special program involving all health institutions and with adequate resources is required. It is crucial to prioritize actions in the nine most affected Mexican states. It is unacceptable that, in 2020, infant mortality in Oaxaca was more than three times higher than Nayarit.