ABSTRACT The use of plastics has increased exponentially over recent years. Difficulties in their recycling and their low degradability result in their accumulation in the environment. Despite their great stability, they are subject to physical and chemical erosion resulting in smaller fragments. Although there is no standard definition of microplastics, the maximum limit of 5 mm has been accepted as a criterion. Plastics, in addition to the consequences on the environment, have a direct effect on living beings, either by ingestion or toxicity. They may also act as a vehicle for invasive species and adsorb other contaminants on their surface such as PCBs, PAHs or DDT. This, increases the toxic effect of their own components such as plasticizers, additives, heavy metals, etc. There is disparity in the published results regarding the presence of microplastics in both water supplies and drinking water and bottled water. There are no standard analytical methods, nor a consensus in the definition and description of microplastics that allow an appropriate comparison of results. In the absence of scientific evidence, it is necessary to study in depth the presence of microplastics in water and the potential effects on health, in order to be able to consider microplastics as a monitoring parameter in drinking water.
RESUMEN El uso de plásticos se ha visto incrementado de manera exponencial en los últimos años. Su difícil reciclaje y su baja capacidad de degradación tienen como consecuencia una acumulación de estos en el medio ambiente. Pese a su gran estabilidad, se ven sometidos a erosión física y química, dando lugar a fragmentos más pequeños. Aunque no hay una definición estandarizada del concepto de microplástico, se ha aceptado el límite máximo de 5 mm como criterio. Los plásticos, además de las consecuencias sobre el medio ambiente, tienen un efecto directo sobre los seres vivos, ya sea por ingestión o por toxicidad. También, pueden actuar como vehículos de especies invasoras y adsorber en su superficie otros contaminantes como los BPCs, los HAPs o el DDT, incrementando así el efecto tóxico propio debido a los componentes que poseen tales como plastificantes, aditivos, metales pesados, etc. Existe disparidad en los resultados publicados en cuanto a la presencia de microplásticos tanto en abastecimientos como en agua de consumo y embotellada. No existe una metodología normalizada de métodos analíticos, como tampoco rigor en la definición y descripción de los microplásticos que permitan la comparación de resultados. Ante la falta de evidencia científica, es necesario profundizar en el estudio sobre la presencia de estos y sus efectos potenciales en la salud, para ser considerado como un parámetro a vigilar en las aguas de consumo humano.