In 1988 the 41st World Health Assembly committed WHO to the goal of global eradication of poliomyelitis by 2000 "in ways which strengthen national immunization programmes and health infrastructure". The successful use of polio National Immunization Days (NIDs) to deliver vitamin A is an example of how polio eradication can serve as a platform to address other problems of child health. Importantly, this integration is helping to achieve the World Summit for Children goal of eliminating vitamin A deficiency by the year 2000. It is estimated that between 140 million and 250 million preschool children are at risk of subclinical vitamin A deficiency. In 1998 more than 60 million children at risk received vitamin A supplements during polio national immunization days (NIDs). While food fortification and dietary approaches are fundamental to combating vitamin A deficiency, the administration of vitamin A supplements during NIDs helps raise awareness, enhance technical capacity, improve assessment and establish a reporting system. Moreover, polio NIDs provide an entry point for the sustainable provision of vitamin A supplements with routine immunization services and demonstrate how immunization campaigns can be used for the delivery of other preventive health services.
En 1988, la 41ª Asamblea Mundial de la Salud comprometió a la OMS a perseguir la meta de la erradicación mundial de la poliomielitis para 2000 con «métodos que fortalecieran los programas de inmunización y las infraestructuras sanitarias nacionales». El éxito de la utilización de los días nacionales de inmunización contra la poliomielitis para distribuir suplementos de vitamina A es un ejemplo de cómo la erradicación de la poliomielitis puede servir de plataforma para abordar otros problemas de salud infantil. Al mismo tiempo, esta iniciativa contribuye a alcanzar la meta de la Cumbre Mundial en favor de la Infancia de acabar con la carencia de vitamina A y todas sus consecuencias, incluida la ceguera, para el año 2000. Se sabe o se sospecha que la carencia de vitamina A es un problema de salud pública en 118 países, todos ellos del mundo en desarrollo. Se estima que de 140 a 250 millones de niños en edad preescolar están expuestos a una carencia subclínica de vitamina A. Esos niños corren mucho más riesgo de enfermar y morir, en particular de sarampión y diarrea. Se sabe desde hace tiempo que la carencia de vitamina A, una de las principales causas de ceguera infantil, provoca la pérdida de la visión a 250 000-500 000 niños al año, y ahora se reconoce que es un importante factor de mortalidad, responsable de la defunción de entre uno y tres millones de niños. Tal como están las cosas, probablemente sólo 35 países cumplan a tiempo el objetivo de eliminar la carencia de vitamina A que fijó la Cumbre Mundial en favor de la Infancia. Aunque las estrategias de enriquecimiento del régimen alimenticio y de los alimentos deben formar parte del control global de la carencia de vitamina A, en muchos países en desarrollo a menudo es imposible ponerlas en práctica rápidamente o de una manera generalizada. En el empeño de acelerar la eliminación de la carencia de vitamina A se ha recurrido a la suplementación como medio barato y muy eficaz de mejorar de manera rápida y duradera el estado en cuanto a la vitamina A de las poblaciones en riesgo. La administración de suplementos de altas dosis de vitamina A cada cuatro o seis meses no sólo protege contra la ceguera sino que tiene múltiples repercusiones en la salud de los niños de entre seis y 59 meses de edad, reduciendo el riesgo de mortalidad por todas las causas en cerca del 23% (35% en Asia), el de la mortalidad por sarampión en un 50% y el de la mortalidad por enfermedad diarreica en cerca del 33%. La vitamina A es esencial para el funcionamiento del sistema inmunitario y para el crecimiento y el desarrollo saludables del niño. En términos generales, la reducción de la mortalidad infantil atribuible a la suplementación de vitamina A es comparable, si no mayor, que la de cualquiera de las vacunas infantiles. Los días nacionales de inmunización cuentan con una infraestructura de distribución y un alcance únicos a los que se puede asociar la administración de suplementos de vitamina A. En 1997, durante los días nacionales de inmunización contra la poliomielitis, se inmunizó a más de 450 millones de niños, casi dos tercios de los niños menores de cinco años de todo el mundo. Es lógico proceder a la suplementación de vitamina A en los días nacionales de inmunización: la población destinataria de niños menores de cinco años de edad es la misma; las campañas nacionales alcanzan a quienes más aislados están y a quienes corren más riesgo de sufrir carencia de vitamina A; se usan de manera más eficaz los recursos financieros y humanos limitados y se gana en eficacia respecto del costo y en repercusión. A un precio de US$ 0,02 por dosis, la suplementación de vitamina A es una de las intervenciones de salud infantil más eficientes. Además, desde un punto de vista logístico, es la intervención más fácil de introducir en los días nacionales de inmunización porque las cápsulas no necesitan refrigeración ni almacenamiento especial y porque para administrarlas no se requiere excesira preparación y material. En 1998, el 75% de los 118 países donde la carencia de vitamina A es un problema real o presunto de salud pública organizaron días nacionales de inmunización (89/118). De estos últimos, 40 (45%) incluyeron suplementación de vitamina A. En total, más de 60 millones de niños en riesgo recibieron vitamina A y se beneficiaron de sus efectos protectores. En 1998, 22 países africanos administraron vitamina A durante sus días nacionales de inmunización. Se espera que, en 1999, 12 países más introduzcan la suplementación de vitamina A durante sus días nacionales de inmunización. La administración de vitamina A durante los días nacionales de inmunización ayuda a combatir la carencia de esa vitamina, concienciando, creando capacidad técnica, mejorando la evaluación y estableciendo un sistema de notificación. Además, los días nacionales de inmunización ofrecen un punto de acceso para la administración sostenible de suplementos de vitamina A junto con los servicios de inmunización sistemática y demuestran cómo pueden utilizarse las campañas de inmunización para poner en práctica otras medidas preventivas.
En 1988, la Quarante et unième Assemblée mondiale de la Santé a invité l’OMS à s’engager en faveur de l’éradication mondiale de la poliomyélite à l’horizon 2000 d’une façon qui renforce les programmes nationaux de vaccination et les infrastructures sanitaires nationales. Le succès de l’utilisation des journées nationales de vaccination contre la poliomyélite pour administrer des suppléments de vitamine A constitue un exemple de la façon dont l’éradication de la poliomyélite peut être utilisée comme plate-forme pour la lutte contre d’autres problèmes de santé de l’enfant. En même temps, cette initiative contribue à la réalisation de l’objectif du Sommet mondial pour les enfants, à savoir l’élimination de l’avitaminose A et de toutes ses conséquences, y compris la cécité, à l’horizon 2000. L’avitaminose A est un problème de santé publique connu ou présumé dans 118 pays, tous dans le monde en développement. On évalue à 140-250 millions le nombre d’enfants d’âge préscolaire à risque de carence infraclinique en vitamine A. Ces enfants courent un risque sensiblement accru de maladie et de décès, en particulier par rougeole et diarrhée. L’avitaminose A, connue depuis longtemps en tant que principal facteur de cécité chez l’enfant et responsable de 250 000 à 500 000 cas chaque année, est maintenant reconnue comme facteur majeur de mortalité, à l’origine de 1 à 3 millions de décès d’enfants par an. Dans la situation actuelle, l’objectif fixé par le Sommet mondial pour les enfants, à savoir l’élimination de l’avitaminose A, ne sera vraisemblablement atteint à temps que par 35 pays. Si les stratégies alimentaires et celles portant sur l’enrichissement des aliments doivent faire partie de la lutte globale contre l’avitaminose A, il est souvent impossible, dans de nombreux pays en développement, de les appliquer rapidement ou à grande échelle. Les efforts visant à accélérer l’élimination de l’avitaminose A reposent maintenant sur la supplémentation en tant que moyen bon marché et efficace d’améliorer rapidement et durablement le bilan vitaminique A des populations à risque. La fourniture de suppléments fortement dosés en vitamine A tous les 4 à 6 mois a non seulement pour effet de protéger contre la cécité, mais elle a aussi un impact considérable sur la santé des enfants de 6 à 59 mois, réduisant le risque de mortalité par toutes causes de 23% (35% en Asie), le risque de mortalité par rougeole de 50% et celui par diarrhée de 33% environ. La vitamine A est indispensable au fonctionnement du système immunitaire ainsi qu’à la croissance et au développement de l’enfant. Globalement, la baisse de mortalité chez l’enfant imputable à la supplémentation en vitamine A est comparable, sinon supérieure, à celle conférée par n’importe quel vaccin de l’enfance. Les journées nationales de vaccination offrent à la fois une infrastructure de dispensation et une couverture sans égale, dont peut bénéficier l’administration de suppléments de vitamine A. En 1997, plus de 450 millions d’enfants, soit près des deux tiers des enfants de moins de 5 ans dans le monde, ont été vaccinés lors de journées nationales de vaccination contre la poliomyélite. La supplémentation en vitamine A pendant ces journées est logique: la population cible, les enfants de moins de cinq ans, est la même, les campagnes nationales atteignent les régions les plus reculées et les personnes les plus à risque d’avitaminose A, les ressources financières et humaines limitées sont utilisées plus efficacement, et le rapport coût/efficacité ainsi que l’impact sont améliorés. A US $0,02 par dose, la supplémentation en vitamine A est l’une des interventions les plus rentables en matière de santé de l’enfant. De plus, sur le plan logistique c’est l’intervention la plus facile à mettre en œuvre pendant les journées nationales de vaccination car les capsules ne nécessitent ni réfrigération ni stockage particulier et elles peuvent être administrées avec une formation et un matériel relativement limités. En 1998, 75% des 118 pays dans lesquels l’avitaminose A est un problème de santé publique connu ou présumé ont mis en œuvre des journées nationales de vaccination (89/118), et 40 d’entre eux (45 %) y ont inclus une supplémentation en vitamine A. Au total, plus de 60 millions d’enfants ont ainsi reçu de la vitamine A et ont bénéficié de ses effets protecteurs. En 1998, 22 pays d’Afrique ont distribué de la vitamine A au cours de leurs journées nationales de vaccination. Il a été prévu que 12 autres pays introduisent la supplémentation en vitamine A dans leurs journées nationales de vaccination en 1999. L’administration de vitamine A au cours des journées nationales de vaccination contribue à la lutte contre l’avitaminose A grâce à une meilleure sensibilisation, au développement des capacités techniques, à l’amélioration de l’évaluation et à l’établissement d’un système de notification. De plus, ces journées constituent un point de départ pour la dispensation durable de suppléments de vitamine A dans le cadre des services de vaccination courants et montrent comment peuvent être utilisées les campagnes de vaccination pour la mise en œuvre d’autres mesures préventives.