The aim of this paper is to understand the view of both users and professionals on certain aspects of the management of the Spanish National Health System, especially with regard to dealing with diversity. In order to do so, the model of access to health care is analyzed, as well as the resources employed in health care and the sanitary demand made by immigrants in Andalusia (Spain).The data were collected through the performance of 15 semi-structured interviews with immigrants and 7 with professionals from the Andalusian health system. In addition, the field work is complemented by direct observation of the use of the public health services for one year. The results show, first, that although immigrants have universal access to health care, they must overcome a series of administrative, linguistic and cultural barriers, which prevent a totally satisfactory use. These limits are avoided, in most cases, through social networks. Second, the resources used have not been adapted to the specific needs of the immigrant population, such as the accumulation of good health, subjective assessment of good health and the aggressions or damage suffered by good health. And third, the use made by immigrants of the health system does not differ from that performed by the locals regarding both frequency and pathologies.
El objetivo de este artículo es conocer la visión, tanto de los usuarios como de los profesionales, sobre determinados aspectos de la gestión del Sistema Nacional Español de Salud (SNS), especialmente, en la atención a la diversidad. Para ello, se analiza el modelo de acceso al sistema, los recursos empleados en la atención y la demanda sanitaria que realizan los inmigrados asentados en Andalucía (España). Los datos se han obtenido a partir de la realización de 15 entrevistas semiestructuradas a inmigrantes y otras 7 a profesionales del sistema andaluz de salud. Además, el trabajo de campo está complementado por una observación directa, durante un año, del uso de los servicios públicos de salud. Los resultados muestran, primero, que a pesar de que los inmigrantes tienen un acceso universal a la atención sanitaria, deben sortear una serie de barreras administrativas, lingüísticas y culturales que impiden un uso totalmente satisfactorio. Límites que son eludidos, en la mayoría de las ocasiones, a través de las redes sociales. Segundo, los recursos utilizados no se han adaptado a las necesidades específicas de la población inmigrada, como son la acumulación del bien salud, valoración subjetiva sobre bien salud y las agresiones o deterioros que sufre el bien salud. Y, tercero, el uso que hacen los inmigrados del sistema de salud no difiere del realizado por los autóctonos tanto en la frecuencia, como en la patología.