Objectives: Lower social classes tend to eat a less healthy diet. The aim of this study was to compare adherence to the Mediterranean dietary pattern among different demographic and social groups in the adult population. Methods: A cross-sectional study was performed in southern and northern regions of Spain in healthy volunteers (15,634 men and 25,812 women), aged 29-69 years, who were members of the European Prospective Investigation on Cancer cohort in Spain. Nine groups of food were included in the definition of the Mediterranean diet: vegetables and garden products, fruits, pulses, cereals, red meat, fish, olive oil, milk and milk products, and wine. Two techniques were used in the analysis: comparison of the mean daily intake of each group and calculation of an overall score for all the foods according to educational level ang original social class. Results: Groups with the lowest educational levels consumed more cereals and pulses and lower quantities of vegetables, olive oil (women), milk and milk products (men). Wine consumption was positively associated with education in women and was negatively associated in men. Calculation of a score to measure overall adherence to the Mediterranean dietary pattern eliminated differences according to each food category. No variations were found according to educational level, but small differences were found in original social class. The adherence score was lowest in young adults and women and was slightly higher in the south than in the north of Spain. Conclusions: The results suggest that the Mediterranean dietary pattern is fairly uniform, at least in the adult population of the regions included in this study.
Objetivos: Los grupos de nivel social más bajo tienen habitualmente una dieta menos saludable. El objetivo de este estudio es comparar la adhesión al patrón de dieta mediterránea entre diferentes grupos demográficos y sociales de la población adulta. Métodos: Se realizó un estudio transversal en regiones del sur y norte de España, en voluntarios sanos (15.634 varones y 25.812 mujeres) de 29 a 69 años de edad, miembros de la cohorte EPIC en España. Se tuvo en cuenta el consumo de nueve grupos de alimentos para definir el patrón de dieta mediterránea: vegetales, frutas, legumbres, cereales, carne roja, pescado, aceite de oliva, leche y productos lácteos y vino. Se aplicaron dos técnicas de análisis: comparación de la media diaria de consumo de cada grupo, y el cálculo de un escore global para todos los alimentos, por nivel educacional y clase social de origen. Resultados: Los grupos de nivel educacional más bajo consumen mas cereales y legumbres, pero menos vegetales, aceite de oliva (las mujeres), leche y productos lácteos (los varones). El consumo de vino está positivamente asociado con la educación en las mujeres y negativamente asociado en los varones. Calculando una puntuación para medir la adhesión global al patrón de dieta mediterránea, las diferencias por cada grupo de alimentos se compensan, y no hay variaciones según el nivel educacional, aunque existen pequeñas diferencias en la clase social de origen (22,52 en la clase más baja y 21,98 en la clase más alta). El índice de adhesión es más bajo en los adultos jóvenes y mujeres, y ligeramente más alto en las poblaciones del sur (23,53 en Murcia) que en las del norte de España (21,64 en Asturias). Conclusiones: Los resultados sugieren que el patrón de dieta mediterránea es bastante uniforme, al menos en las poblaciones adultas de las áreas incluidas en el estudio.