Abstract Although Mexican law provides norms that protect gender equality, actual gender equality has not yet been achieved, as shown by the so-called “salary gap,” which states that a woman in Mexico must work 51 days more than a man to earn the same. The objective of this paper is to show that the mere promulgation of regulations or the threat of sanctions for non-compliance does not necessarily lead to an immediate change in social reality, but rather that it is necessary for the state to take other measures that go beyond the creation of laws and penalties. In other words, it must work toward premium law. Through an analytical, historical, descriptive and comparative law study, it will be concluded that the public measures reviewed in our country on this matter are still insufficient, since gender inequality prevails, contrary to the constitutional and legal design that propagates the opposite, namely: equality. Therefore, it is necessary to propose a different type of measures that encourage employers to balance the working conditions and situations in companies so as to achieve the desired equality, such as: Tax incentives, credit incentives, requiring employment quotas, gender equality in hiring, or awarding badges that indicate egalitarian industries, among others.
Resumen Si bien es cierto que el Derecho mexicano contempla normas protectoras de la igualdad entre hombres y mujeres, aún no se consigue una igualdad sustantiva de género, lo cual se demuestra con la denominada “brecha salarial”, que implica que una mujer en México tiene que trabajar 51 días más que un hombre para ganar lo mismo. El objetivo del presente trabajo es evidenciar que la simple enunciación normativa o la amenaza de sanción ante el incumplimiento, no conduce necesariamente a un cambio inmediato de la realidad social, sino que es necesario que el Estado tome otra especie de acciones, más allá de la producción de leyes y el castigo. O sea, dirigirse hacia un derecho premial. A través de un estudio analítico, histórico, descriptivo y de derecho comparado, se llegará a la conclusión de que las políticas públicas que en esta materia se han verificado en nuestro país, aun son insuficientes, pues impera la desigualdad de género, contrario al diseño constitucional y legal que propugna por lo contrario; a saber: la igualdad. En esa virtud, se impone sugerir otra especie de medidas que incentiven a los empleadores a equilibrar en las empresas las condiciones y situaciones laborales que conduzcan a la igualdad deseada, como pudiesen ser: los beneficios fiscales, las ventajas crediticias, la exigencia de cuotas de género en la contratación o el otorgamiento de distintivos que destaquen a las industrias igualitarias, entre otros.