This work analyzes the meanings given to violent actions by the members of argentine football fans groups (hinchada) through the category of aguante. These are part of a "way of being" that both defines and distinguishes them, and constitutes a complex system of honour and prestige that valorates positively the courage, the bravery and the surrending in a physical confrontation. From a simplistic and stigmatizing analysis, like the one of the media and the common sense, these actors and their practices are conceived as "violent" because they execute and give a positive value to different actions that are beyond the "acceptable". However, and paradoxically, there are moral principles that define what is allowed and what is forgiven, the fair and the unfair in a violent act. Discovering and analyzing these limits allows us to study the constitution of a social space where these practices are accepted, and also to analyze the relationships with another actors that are beyond that space but are related with the members of the hinchada; that means they also "negociate" their moral code with the actors outside their boundaries.
Este trabajo analiza los significados que los integrantes de las hinchadas de fútbol argentinas dan a las acciones violentas, a través de la categoría de aguante. Estas son parte de una forma de ser que los define y los distingue, y constituye un complejo sistema de honor y prestigio que valora positivamente la valentía, el coraje, la bravura y el arrojo en un enfrentamiento físico. Desde una mirada simplista y estigmatizadora, como la de los medios de comunicación y el sentido común, estos actores y sus prácticas son concebidos simplemente como "violentos", ya que ejecutan y dan valor positivo a distintas acciones que están ubicadas fuera de los límites de lo aceptable. Sin embargo, y paradójicamente, existen definiciones morales nativas que delimitan lo permitido y lo prohibido, lo justo y lo injusto en un acontecimiento violento. Descubrir y analizar estos límites nos permite estudiar la constitución de un espacio social donde estas prácticas son aceptadas y, también, analizar las relaciones con actores que ubicados por fuera de ese espacio se vinculan con los integrantes de la hinchada y, por ende, "negocian" con su código moral.