SUMMARY: An internal consistency is derived from the term Kinesiology’s etymological root and its linguistic precision, when taking into consideration the implications of the term, both in education as well as its definition. Historically, this has led to an interpretative polysemy fraught with errors and inconsistencies. This becomes evident more so, when the term Kinesiology is analyzed, taking into consideration geographical regions, its application in reflection or action contexts, organizations that make use of it, and whether words used actually describe the professional or the discipline action that justifies the term. In this context, the objective of this research was to analyze the term Kinesiology in its historical aspect, to reconstruct its implications in professional training and the relevance that determines the guidelines of the phenomenon for which it is responsible. The term Kinesiology originates from Greek kլvησiολογլα meaning the study of movement. From the historical point of view, the relationship concept between movement and the human body has taken more than a thousand years, beginning with Aristotle and ending with Giovanni Alfonso Borelli. Subsequently, the development of this discipline is linked to three major movements: The Swedish, the French and the American. The Swedish School led by Per Henrik Ling at the Royal Central Institute of Gymnastics (RICG), materialized by Branting and Georgii between 1828 and 1854, through the term Kinesiologi first and kinésithérapie later, was declared as a new science of movement that encompassed the principles of a precise and harmonious development of the human body. At the same time, in France, Nicolas Dally, published in 1857 his magnum opus “Cinesiologie ou science du movement” declaring the irregularity of physiotherapy and kinesitherapy to dose exercise. Finally, Nils Posse conceived the term “Kinesiology” for the first time in North America in his 1886 publication entitled: “Modification of the Swedish system of gymnastics to meet American conditions”. In Chile, evolution of these concepts was assimilated by Joaquín Cabezas García in 1920, the driving force behind the cultivation of Kinesiology at the Institute of Physical Education, providing the professionals who were trained in teaching, with a clear epistemological concept of the science of human movement, by including this discipline in their study plans.
RESUMEN: El término Kinesiología y sus implicancias, tanto en la formación como en la delimitación de su objeto de estudio, exhibe una consistencia interna derivada de su raíz etimológica y de su precisión lingüística. En su trayectoria histórica ha derivado a una polisemia interpretativa que no está exenta de errores e incongruencias. Lo anterior, se evidencia al analizar el término Kinesiología cuando se considera: la región geográfica, la aplicación en contextos de reflexión o de acción, las organizaciones que lo adoptan y si las palabras que la componen efectivamente describen la acción profesional o disciplinar que la justifica. En este contexto, el objetivo de esta investigación fue analizar el término Kinesiología en su aspecto histórico, para recomponer sus implicancias en la formación profesional y la pertinencia que determina los lineamientos del fenómeno del cual se hace cargo. Kinesiología proviene del griego, kլvησiολογլα y significa estudio del movimiento. Desde el punto de vista histórico, la relación entre movimiento y cuerpo humano se tardó más de mil años, originándose con Aristóteles y finalizando con Giovanni Alfonso Borelli. Posteriormente, el desarrollo de la disciplina está ligado a tres grandes movimientos, el sueco, el francés y el norteamericano. La Escuela Sueca que lideró Per Henrik Ling en el Real Instituto Central de Gimnasia (RICG), materializada por Branting y Georgii entre 1828 y 1854, a través del término Kinesiologi primero y kiné-sithérapie después, declaran como una nueva ciencia del movimiento que abarcaba los principios de un desarrollo preciso y armonioso del cuerpo humano. Paralelamente, en Francia Nicolás Dally, publicó en 1857 su magnun opus “Cinesiologie ou science du movement” declarando la ilegitimidad de la fisioterapia y la kinesiterapia para dosificar el ejercicio. Finalmente, Nils Posse acuñó por primera vez el término “Kinesiología” en Norteamérica en su publicación de 1886 titulada: “Modification of the Swedish system of gymnastics to meet American conditions”. En Chile, la evolución de estos conceptos fue interiorizada desde 1920 por Joaquín Cabezas García, quien fuera el impulsor del cultivo de la Kinesiología en el Instituto de Educación Física, dotando desde su génesis a los profesionales que se formaban en docencia, con un claro concepto epistemológico de la ciencia del movimiento humano, a través de la inclusión de esta disciplina en sus planes de estudio.