As in the nation, 1884 was important for the Education of Jujuy. After the enactment of Law 1420 in July, the conflict with the Church began corporizarse. In September, representatives of Jujuy dependent clergy of the Diocese of Salta and Jujuy, launched a virulent campaign against the legislation in pulpits and towns, causing a political crisis in the local and among members of the Provincial Commission for Schools ruling group. This newly formed, broke into two sectors. One of them, identified with the roquista autonomist tried to impose religious neutrality, while the opposite was struggling for the enactment of a law that would integrate religious education into the school curriculum. Beyond these discrepancies, the conflict with the Church, due to the sustained anti-secularist campaign that the Apostolic Nuncio, Monsignor Mattera, developed throughout the country, calling ignore the political decisions of the Federal Government in education overflowed. Preaching that found favorable echo in the Bishop of Jujuy, Buenaventura Rizo Patron, who publicly expressed his contempt, while summoning the faithful to not send their children to school "without God".
Al igual que en la Nación, 1884 fue de suma importancia para la Instrucción Pública de Jujuy. Luego de la sanción de la ley 1.420 en julio, el conflicto con la Iglesia comenzó a corporizarse. En septiembre, representantes del clero jujeño dependiente del obispado de Salta y Jujuy, iniciaron una virulenta campaña contra la normativa en púlpitos y pueblos, produciendo una crisis política en el grupo dirigente local y entre los integrantes de la Comisión Provincial de Escuelas. Ésta, recientemente conformada, se fracturó en dos sectores. Uno de ellos, identificado con el autonomismo roquista, pretendía imponer la neutralidad religiosa, mientras que el opuesto bregaba por la sanción de una legislación que integrase la enseñanza religiosa al currículum escolar. Más allá de estas discrepancias, el conflicto con la Iglesia se desbordó, producto de la sostenida campaña anti-laicista que el Nuncio Apostólico Monseñor Mattera desarrollaba en todo el país, llamando a ignorar las decisiones políticas del Estado Nacional en materia educativa. Prédica que encontró eco favorable en el obispo de Jujuy, Buenaventura Rizo Patrón, quien públicamente manifestó su desacato, al tiempo que convocaba a la feligresía a no mandar sus hijos a las escuelas "sin Dios".