Globalization of trade, marketing and investment has important implications for public health, both negative and positive. This article considers the implications of the single package of World Trade Organization (WTO) agreements for public health research and policy, focusing on three themes: commodities, intellectual property rights, and health services. The main aims of the analysis are as follows: to identify how trade issues are associated with the transnationalization of health risks and possible benefits; to identify key areas of research; and to suggest policy-relevant advice and interventions on trade and health issues. The next wave of international trade law will need to take more account of global public health issues. However, to become more engaged in global trade debates, the public health community must gain an understanding of the health effects of global trade agreements. It must also ensure that its own facts are correct, so that public health is not blindly used for political ends, such as justifying unwarranted economic protectionism. ‘‘Healthy trade’’ policies, based on firm empirical evidence and designed to improve health status, are an important step towards reaching a more sustainable form of trade liberalization.
La globalización del comercio, de la mercadotecnia y de las inversiones tiene repercusiones considerables, tanto negativas como positivas, en la salud pública. En este artículo se analizan las repercusiones del paquete único de acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para las investigaciones y políticas en salud pública, centrando la atención en tres temas: los productos básicos, los derechos de propiedad intelectual y los servicios de salud. Los principales objetivos del análisis consisten en determinar qué relación existe entre el comercio y la transnacionalización de los riesgos y los posibles beneficios para la salud; identificar los sectores clave de investigación; y sugerir recomendaciones e intervenciones de interés normativo sobre diversos aspectos del comercio y la salud. Los riesgos y beneficios para la salud asociados a la liberalización del comercio de mercancías dependen en gran medida de la naturaleza de los productos básicos en cuestión. Este artículo se centra en las repercusiones de la liberalización del comercio en el consumo y la regulación de productos básicos legales y nocivos. Se hace hincapié en la relación existente entre el consumo de tabaco y la liberalización del comercio. Nuestro análisis respalda la hipótesis de que las preocupaciones en materia de salud pública han de formar parte de un enfoque más racional orientado a una globalización sostenible. La propiedad intelectual fue uno de los « nuevos temas » negociados en la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales. Debido a la creciente mundialización de las actividades económicas registrada en la segunda mitad del siglo XX, existía una demanda creciente de protección de la propiedad intelectual por parte de las economías industrializadas y las empresas multinacionales. El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio se convirtió en un símbolo de la división Norte-Sur durante la Ronda Uruguay. Desde esa perspectiva, el artículo examina las posibles repercusiones de la globalización en la innovación, el aumento de los precios y la producción local. Pese a las pruebas que empieza a haber de que las nuevas medidas de protección mediante patente pueden conducir a un incremento de los precios, aún no se han obtenido datos empíricos sólidos que permitan determinar si la globalización se traducirá o no en pérdidas de bienestar y aumentos de precios importantes para los países en desarrollo. Además, no está claro si la mayoría de los medicamentos patentables serán de interés para los problemas y prioridades de la mayor parte de los países en desarrollo: entre las excepciones destacables en este sentido cabe citar los agentes antirretrovíricos recientemente desarrollados para el tratamiento del virus/síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA). El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS) establece por vez primera un sistema multilateral mundial basado en reglas para regular el floreciente comercio mundial de servicios. El crecimiento del comercio de servicios de salud, por ejemplo los que permite la telemedicina, suscita cuestiones complejas relacionadas con la malpraxis, las tareas reguladoras, la protección de la confidencialidad y de los datos y la necesidad de conseguir un equilibrio entre la eficiencia y la equidad en la prestación de servicios. Así, la liberalización de la publicidad y de los servicios de distribución puede facilitar la promoción de productos peligrosos, como el tabaco, y el comercio transfronterizo de los mismos. Por otra parte, la liberalización del comercio de servicios de salud brinda posibilidades para conseguir efectos positivos gracias al aumento de las inversiones y tecnologías extranjeras y al mayor acceso a los proveedores de servicios de salud. Debido a los problemas inherentes a la cuantificación de la magnitud del comercio de servicios de salud y a la complejidad de la tarea de estimar el grado de apertura de los mercados, no es posible determinar con exactitud las repercusiones potenciales de la liberalización de los servicios de salud en la situación sanitaria. Para que las instancias decisorias puedan conformar las políticas con información más precisa, es necesario colmar urgentemente esas lagunas de investigación. Se concluye en el artículo que el derecho mercantil internacional que surja de las próximas negociaciones deberá tener más en cuenta los problemas mundiales de salud pública. Sin embargo, para poder participar más a fondo en los debates sobre el comercio mundial, es preciso que la comunidad interesada en la salud pública comprenda los efectos sanitarios que pueden tener los acuerdos comerciales mundiales. Además, debe cerciorarse de que sus propios datos sean correctos, para no admitir ciegamente el uso de la salud pública con fines políticos, como ocurre cuando se intenta justificar medidas indeseables de proteccionismo económico. Las políticas de « comercio saludable », basadas en pruebas empíricas firmes y concebidas para mejorar la situación sanitaria, son un paso importante con miras a alcanzar una forma más sostenible de liberalización del comercio. Aunque se había previsto iniciar una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales en Seattle en diciembre de 1999, las conversaciones quedaron atascadas en torno a aspectos tales como las normas laborales y las subvenciones a la agricultura. A pesar de esa momentánea tormenta de críticas contra la globalización, los analistas de las relaciones comerciales consideran en general que la organización de una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales a principios del siglo XXI es tanto deseable como inevitable. Cuando por fin se lance esa ronda de negociaciones, es fundamental que los problemas de salud pública ocupen un lugar más destacado en las deliberaciones.
La mondialisation du commerce, des marchés et des investissements a des répercussions importantes, tant négatives que positives, sur la santé publique. Le présent article considère les répercussions de l’ensemble intégré d’accords de l’Organisation mondiale du Commerce (OMC) concernant la recherche et la politique de santé publique, en se concentrant sur trois thèmes : les produits de base, les droits de propriété intellectuelle et les services de santé. Il s’attache principalement à déterminer le lien entre le commerce et la transnationalisation des risques sanitaires mais aussi des avantages éventuels, à répertorier les principaux domaines de recherche et à suggérer des orientations et des interventions pertinentes concernant le commerce et la santé. Les risques et les avantages pour la santé liés la libéralisation du commerce des marchandises dépendent en grande partie de la nature des produits concernés. Le présent article est axé sur les répercussions de la libéralisation des échanges pour la consommation et la réglementation des produits nocifs et néanmoins licites. L’accent est mis sur les liens entre la consommation de cigarettes et la libéralisation du commerce. Notre analyse défend l’idée que les préoccupations de santé publique doivent s’inscrire dans une approche plus rationnelle d’une mondialisation durable. La propriété intellectuelle a été l’un des « nouveaux thèmes » abordés lors des négociations commerciales multilatérales du Cycle d’Uruguay. En raison de la mondialisation croissante des activités économiques dans la dernière partie du XXe siècle, les économies industrialisées et les entreprises multinationales réclament une protection accrue des droits de propriété intellectuelle. Pendant le Cycle d’Uruguay, l’Accord sur les aspects des droits de propriété intellectuelle qui touchent au commerce (ADPIC) est devenu le symbole du fossé Nord-Sud. Dans ce contexte, l’article examine l’impact possible de la mondialisation sur l’innovation, la hausse des prix et la production locale. Malgré les données de plus en plus nombreuses montrant que la nouvelle protection des brevets peut provoquer une hausse des prix, il n’a pas encore été clairement démontré dans la pratique que la mondialisation entraînera des pertes significatives de bien-être social ou une escalade des prix pour les pays en développement, ni d’ailleurs le contraire. De même, on ne sait pas encore si la plupart des médicaments brevetables présenteront un intérêt quelconque pour la majorité des pays en développement compte tenu de leurs problèmes et de leurs priorités : parmi les exceptions notables figurent les médicaments tels que les agents antirétroviraux récemment mis au point pour le traitement de l’infection par le virus de l’immunodéficience humaine/syndrome d’immunodéficience acquise (VIH/SIDA). L’Accord général sur le commerce des services (GATS) établit pour la première fois un système multilatéral mondial destiné à réglementer le commerce mondial des services, en pleine expansion. La croissance du commerce des services de santé, comme la télémédecine, soulève des problèmes complexes liés aux abus, à la réglementation, à la confidentialité et à la protection des données relatives aux patients, et appelle un souci d’équilibre entre efficacité et équité dans la prestation des services. Par exemple, la libéralisation de la publicité et des services de distribution risque de faciliter la promotion et le commerce transfrontière de produits dangereux comme le tabac. Mais la libéralisation des échanges s’agissant des services de santé peut également produire des effets positifs en accroissant les investissements étrangers et le transfert de technologies et en facilitant un accès plus large aux dispensateurs de services de santé. Parce qu’il est difficile de mesurer le volume des échanges représentés par les services de santé et d’estimer précisément le degré d’ouverture des marchés, il est impossible de déterminer avec précision l’impact que pourrait avoir la libéralisation de ces services sur l’état de santé. Il convient de combler rapidement ces lacunes pour pouvoir donner aux décideurs des informations plus précises sur lesquelles fonder les politiques. Le présent article en conclut que la prochaine série d’accords commerciaux internationaux devra tenir davantage compte des grands problèmes de santé publique mondiaux. Toutefois, pour s’engager davantage dans les débats relatifs au commerce mondial, la communauté de la santé publique doit parvenir à mieux comprendre les effets sur la santé des accords commerciaux mondiaux. Elle doit également veiller à ne se fonder que sur des faits avérés, de sorte que la santé publique ne soit pas utilisée aveuglément à des fins politiques, telles que la défense d’un protectionnisme économique injustifié. Des politiques commerciales « saines », fondées sur des données empiriques solides et visant à améliorer l’état de santé, sont un pas important vers une forme plus durable de libéralisation des échanges. Alors que l’on prévoyait qu’un nouveau cycle de négociations commerciales multilatérales serait lancé à Seattle en décembre 1999, les progrès ont été freinés par des problèmes tels que la réglementation du travail et les subventions à l’agriculture. Malgré la tempête momentanément soulevée autour de la mondialisation, les spécialistes estiment généralement qu’un nouveau cycle de négociations commerciales multilatérales est inévitable et souhaitable au début du XXIe siècle. Lorsque ce cycle de négociations commerciales sera enfin lancé, il est essentiel que les problèmes de santé publique bénéficient d’un nouvel éclairage dans les délibérations.