This article presents the double character that the alimony set during the life of the obligor possesses according to the Civil Code after the obligor's death. In fact, the obligation remains enforceable either in its character of "asignacion hereditaria forzosa" (comparable with the statutory legathy provision), payable with and up to the limits of the estate of the deceased or in its character of "deuda hereditaria" (comparable with the hereditary debt). This article argues that the latter is much better than the former; and will show that upon the death of the obligor the character of the alimony does not change and that although it becomes a "deuda hereditaria" with certain special and peculiar aspects, it becomes so because of its original character as alimony. This article will also argue that this last character derives from the law. Further, it will also show that the alimony has to be met by the heirs of the obligor because of it character of debt, similar to all the others debts contracted by the deceased while still alive, rather than its character of an "asignacion hereditaria forzosa". Finally, this article provides with a likely explanation for the subsistence of the "asignacion hereditaria forzosa", mainly the history of Civil Code and particularly the different drafts which preceded the final version of the Civil Code in relation to alimony.
El presente artículo expone la doble naturaleza que en el Código Civil ofrecen los alimentos forzosos, constituidos en vida del alimentante, después de su muerte, los cuales aparecen tanto como una asignación hereditaria forzosa, que se paga con el límite de las fuerzas de la herencia y con bienes de esta, cuanto como una deuda hereditaria. Sostiene el artículo, empero, que es más potente el carácter de deuda hereditaria. Y se afirma que al sobrevenir la muerte del que en vida estaba obligado por sentencia o transacción a prestar alimentos, no cambia la naturaleza obligacional de estos y que solo se convierten en deuda hereditaria, con ciertas especialidades y peculiaridades, sin embargo, derivadas de su carácter de asignación. Se defiende que este último carácter es una figura inane de la ley, que nada agrega al hecho de tener que pagarse la deuda alimenticia por los herederos del alimentante, no por ser asignación forzosa, sino por ser deuda, igual que todas las demás que aquel contrajo en vida. Se explica la subsistencia de la asignación forzosa como un relicto de la historia legislativa del articulado concerniente a los alimentos en los diversos proyectos de Código Civil.