En 1870, se anunció la fundación de la compañía minera El Callao, la prensa de la época señalaba en grandes titulares que se trataba de uno de los hechos más significativos dada la magnitud y calidad de los filones que la conformaban. Las noticias sobre la producción de la mina y de su principal accionista y presidente, don Antonio Liccioni ocupaban los principales titulares de la prensa local y nacional. En efecto, por primera vez, en la historia económica venezolana el rubro oro se ubicaba en los primeros lugares de producción. La fiebre del oro que había generado el alto índice de producción registrado por la mina de El Callao actuaba como un poderoso imán, produciendo, en consecuencia, una fuerte atracción hacia el Distrito El Callao, efecto éste que incidió en la tendencia de la población a concentrarse en aquella zona minera, considerada entonces como una Nueva California para los buscadores de oro que aspiraban el hallazgo de nuevos Callao. Sin embargo, el ritmo ascendente de la producción comenzó a registrar a muy corto plazo señales de alarma, y para 1887 se pregonaba en los salones de fiesta y en los titulares de prensa sobre la decadencia de la producción del Callao y el cierre inminente de la Compañía. La profunda crisis registrada con la progresiva decadencia de la mina El Callao, y la subsecuente caída de los precios del oro, a nivel regional y nacional, constituye el objeto central de este ensayo.
1870, announced the founding of El Callao mining company, the press of the time noted in big headlines was one of the most significant given the magnitude and quality of reefs that formed it. The news about the production of the mine and its main shareholder and Chairman, don Antonio Liccioni occupied the top headlines of the local and national press. Indeed, for the first time in Venezuelan economic history gold industry stood at the first places of production. The gold rush that had generated the high production rate registered by the mine of El Callao acted like a powerful magnet, producing, therefore a strong attraction to the El Callao District, effect that focused on the tendency of the population to be concentrated in the mining area, then considered a new California to the gold diggers who aspired to the discovery of new Callao. However, the increasing rate of production began recording at very short notice warning signs, and for 1887 is proclaimed in the ballrooms and headlines about the decline of the production of Callao and the imminent closure of the Company. The deep crisis registered with the progressive decline of El Callao mine, and the subsequent fall in gold prices, regional and national level, is the central subject of this essay.