Abstract In the Nichomachean Ethics, Aristotle defines three kinds of friendship: utility, pleasure, and virtue. The characters in the films of Sean Baker fit into none of these categories. Friendship is central to all of Baker’s films, but it takes the non-Aristotelian form of “friends, no matter what,” which I interpret as a description of the aporia of friendship, of an impossible friend, or a friend in the realm of fantasy. In other words, friends are only friends when they resist everything friends are supposed to do. Betrayal, lies, and complications sit at the heart of this new definition. One mechanism for this kind of friendship is mourning. Friends are only friends when friendship is mourned, or when it is part of a crypt, or a vault for losses that are too traumatic to confront fully, as set out in the work of Sigmund Freud, Jacques Derrida, Nicolas Abraham and Mária Török, and developed by Laurence Rickels. This reading of mourning puts a particular spin on fantasy, for if fantasy is generally assumed to be about wish-fulfillment, then when fantasy reaches into the crypt for inspiration, it is retooled into a vehicle for confronting what is too hard to face. This is the function of friendship in Baker’s films: his friends are Judas figures going against their friends in order to keep their friendship alive. In Tangerine (2015), two transgender sex workers in West Hollywood develop their friendship around a fight over a man. In Starlet (2012), a young woman hides a secret from her elderly female friend, and this friendship is only saved when another actress betrays this secret. In these films, friendship is paradoxically formed by attempting to ruin friendship. Thought on fantasy and mourning will help in defining this type of non-Aristotelian friendship, as well as Freud’s work on the “ambivalence of feeling” from his writing on the First World War.
Resumen En la Ética nicomáquea, Aristóteles define tres tipos de amistad: utilidad, placer y virtud. Cabe señalar que, los personajes de las películas de Sean Baker no encajan en ninguna de estas categorías. La amistad es fundamental en todas las películas de Baker, pero adopta la forma no aristotélica de «amigos, pase lo que pase», que yo interpreto como una descripción de la aporía de la amistad, de un amigo imposible, o un amigo en el reino de la fantasía. En otras palabras, los amigos sólo son amigos cuando se resisten a todo lo que se supone que deben hacer los amigos. La traición, las mentiras y las complicaciones ocupan un lugar central en esta nueva definición. Uno de los mecanismos de este tipo de amistad es el duelo. Los amigos sólo son amigos cuando la amistad está de luto, o cuando forma parte de una cripta, o de un panteón para pérdidas demasiado traumáticas como para afrontarlas plenamente, tal y como se expone en la obra de Sigmund Freud, Jacques Derrida, Nicolas Abraham y Mária Török, y desarrolla Laurence Rickels. Esta lectura del duelo da un giro particular a la fantasía, ya que si generalmente se asume que la fantasía consiste en cumplir deseos, cuando la fantasía busca inspiración en la cripta, se convierte en un vehículo para enfrentarse a lo que es demasiado difícil de afrontar. Esta es la función de la amistad en las películas de Baker: sus amigos son figuras de Judas que van en contra de sus amigos para mantener viva su amistad. En Tangerine (2015), dos trabajadoras sexuales transexuales de West Hollywood desarrollan su amistad en torno a una pelea por un hombre. En Starlet (2012), una joven oculta un secreto a su amiga mayor, y esta amistad solo se salva cuando otra actriz traiciona este secreto. En estas películas, la amistad se forma paradójicamente intentando arruinar la amistad. La reflexión sobre la fantasía y el duelo ayudará a definir este tipo de amistad no aristotélica, así como el trabajo de Freud sobre la “ambivalencia del sentimiento” a partir de sus escritos sobre la Primera Guerra Mundial.