Abstract The most effective method for diagnosing food allergy is the clinical history, which includes anamnesis and physical examination. The anamnesis must include a directed and detailed questioning, and together with the physical examination, it will provide the necessary data to guide the diagnosis and suggest whether the pathophysiology is mediated or not by IgE, which is relevant for the selection and interpretation of the tests. specific and establish the accurate diagnosis, in addition to evaluating the possibility of distinguishing between the different differential diagnoses. It is important to assess the clinical history, because no in vivo or in vitro test is relevant if it is not confirmed with it. Even if there is a strong history of food allergy detected in the history, positive tests can confirm the diagnosis without the need for oral challenge, thus avoiding the risk and cost of performing it. The expression of food allergy is influenced by non-modifiable risk factors that include sex, race and genetics (familial), and modifiable factors: atopic dermatitis, vitamin D deficiency, diet high in polyunsaturated fats and deficient in antioxidants, consumption of antacid drugs, obesity, increased hygiene, influence of the microbiota, time and route of food exposure (increased risk by delaying oral ingestion of allergens and concomitant environmental exposure of the same that leads to sensitization and allergy).
Resumen El método más efectivo para el diagnóstico de alergia alimentaria es la historia clínica, que comprende la anamnesis y el examen físico. La anamnesis debe incluir el interrogatorio dirigido y detallado, y junto con el examen físico aportarán los datos necesarios para orientar hacia el diagnóstica, y sugerir si la fisiopatología es mediada o no por IgE, lo que es pertinente para la selección e interpretación de las pruebas específicas y establecer el diagnóstico certero, además de evaluar la posibilidad de distinguir entre los distintos diagnósticos diferenciales. Es importante valorar la historia clínica, porque ninguna prueba in vivo o in vitro tienen relevancia de no ser confirmados con la misma. Incluso si existe un fuerte antecedente de alergia alimentaria detectado en la anamnesis, las pruebas positivas pueden confirmar el diagnóstico sin necesidad del desafío oral, y de esta forma evitarse el riesgo y costo de su realización. La expresión de la alergia alimentaria está influenciada por factores de riesgo no modificables que incluyen sexo, raza y genética (familiares), y factores modificables: dermatitis atópica, deficiencia de vitamina D, dieta con alta cantidad de grasas poliinsaturadas y deficiente de antioxidantes, consumo de fármacos antiácidos, obesidad, aumento de la higiene, influencia de la microbiota, tiempo y vía de exposición de los alimentos (mayor riesgo al retrasar la ingestión oral de alérgenos y concomitante exposición ambiental de los mismos que conduce a sensibilización y alergia).