Abstract The embodied approach to meaning posits that the comprehension of words, sentences and discourse (especially narrative) reuses the neural systems of perception, action and emotion. The most recent data of neuroscience support this idea. Particularly, neuroimaging and brain electrophysiology confirm that action-related language involves activations of motor and premotor cortex. However, critics of embodiment consider these data inconclusive, since they are merely correlational and do not demonstrate causal links between motor resonance and linguistic meaning (v.g., Mahon & Caramazza, 2008; Mahon, 2015; Dove, 2016; Ostarek & Huettig, 2019). Furthermore, they suggest that meaning is processed in a general-purpose semantic hub, and sensory-motor activations would not play any functional role. This article offers strong new evidence of causality; that is, motor activations would be substantial part of meaning. First, Parkinson patients not only have impaired motor behavior, but also show selective difficulties in the use of action verbs. Secondly, when participants read texts, keeping their hands behind the back, their recall of action sentences is impaired. Thirdly, applying excitatory non-invasive brain stimulation over the motor cortex improves memory for action language. Finally, the article briefly discusses the functional advantages of embodied meaning, and also addresses abstract language, one of the challenges of the embodied approach.
Resumen El enfoque corpóreo del significado postula que la comprensión de las palabras, oraciones o del discurso (especialmente el narrativo) reutiliza los sistemas neuronales de la percepción, la acción y la emoción. Los datos más recientes de la neurociencia apoyan esta idea. En particular, la neuroimagen y la electrofisiología cerebral confirman que el lenguaje referido a acciones induce activaciones en la corteza motora y premotora. No obstante, los críticos a la corporeidad consideran que estos datos no son concluyentes, ya que son meramente correlacionales y no demuestran que haya vínculos causales entre resonancia motora y significado lingüístico (v.g., Mahon & Caramazza, 2008; Mahon, 2015; Dove, 2016; Ostarek & Huettig, 2019). Es más, sugieren que el significado se procesa en un gran centro semántico de propósito general y que las activaciones sensorio-motoras no tendrían valor funcional alguno. Este artículo ofrece nuevas evidencias que apoyan fuertemente la idea de causalidad; es decir, las activaciones motoras serían parte substancial del significado. En primer lugar, los pacientes de Parkinson no solo tienen alterada su conducta motora, sino que muestran dificultades específicas en el uso de verbos de acción. En segundo lugar, cuando se pide a los participantes que lean textos, con las manos tras la espalda su recuerdo de oraciones de acción empeora. En tercer lugar, la estimulación no invasiva excitatoria de la corteza motora mejora la memoria del lenguaje de acción. Finalmente, el artículo discute brevemente las ventajas funcionales del significado corpóreo sobre el significado puramente simbólico, y también trata del lenguaje abstracto, uno de los mayores desafíos a las teorías corpóreas.