Resumen Las actividades antropogénicas han contribuido a que la concentración de CO2 atmosférico aumente constantemente con una predicción de 600 a 700 ppm para fines de este siglo, siendo una de las mayores causas del calentamiento global. Los huertos frutales y viñedos son importantes sistemas de producción sostenible que pueden minimizar las emisiones y secuestrar carbono de la atmósfera. Para esta revisión de literatura, se evaluó mediante la información obtenida de diferentes bases de datos. Generalmente, el CO2 elevado (e-CO2) genera efectos positivos sobre los frutales en procesos como el aumento de la fotosíntesis, el uso eficiente de agua, el crecimiento y la biomasa. Por lo anterior, en muchos casos, el rendimiento y la calidad de los frutos también incrementaron. Se estima que, con un e-CO2 de 600-750 ppm, la mayoría de las plantas C3 crecerán un 30% más rápido. Con 1000 ppm las condiciones serán óptimas para la fotosíntesis de varias especies vegetales. Los árboles frutales que también crecen en Colombia como los cítricos, la vid, la fresa, la papaya y la pitaya, se beneficiarían de los efectos positivos mencionados anteriormente, en tanto que el eCO2 aliviaría los efectos del estrés por sequía y anegamiento. Sin embargo, el mayor crecimiento de los frutales por el eCO2 exige un mayor suministro de nutrientes y agua, por lo cual es muy importante la selección de genotipos que se benefician del e-CO2 y que presenten un alto uso eficiente de nitrógeno y agua. Así mismo, es deseable que dichas especies posean una alta fuerza vertedero para evitar la acumulación de carbohidratos en el cloroplasto. Esta revisión permite concluir que existe un “efecto fertilizante del CO2” sobre las especies frutales que aumenta con el avance del cambio climático. Sin embargo, existe poca investigación en comparación con muchos otros cultivos agrícolas. Por ello, a futuro se requieren estudios que midan los efectos directos del e-CO2 atmosférico y sus interacciones con variables ambientales, como la lluvia, la temperatura, la humedad del suelo y la disponibilidad de nutrientes.
Abstract Since the industrial revolution, anthropogenic activities have increased atmospheric CO2 concentration—one of the major causes of global warming—with a 600 to 700 ppm prediction by the end of this century. Orchards and vineyards are critical sustainable production systems that can minimize emissions and sequester carbon within the atmosphere. Information from different databases (i.e., ScienceDirect, Scopus, SciELO, Google Academic, and ResearchGate) was assessed for this literature review. Generally, elevated CO2 (e-CO2) positively affected fruit trees, such as increased photosynthesis, efficient use of water, growth, and biomass. Therefore, in many cases, the yield and the quality of fruits also increased. With an e-CO2 of 600-750 ppm, most C3 plants will grow 30% faster. A total of 1,000 ppm of CO2 will be optimal for the photosynthesis of various plant species. Fruit trees typically grown in Colombia, such as citrus, grapevines, strawberry, papaya, and pitaya, would benefit from these positive effects, as e-CO2 alleviates stress due to drought and waterlogging. However, the increased growth of fruit trees due to e-CO2 requires more nutrients and water. Thus, selecting genotypes that benefit from e-CO2 and have high efficiency in using nitrogen and water is very important. Ideally, they must have a high sink strength to avoid the accumulation of carbohydrates in the chloroplast. The authors conclude that there is undoubtedly a “fertilization effect of CO2” on fruit species that increases with the advance of climate change. Still, much research is lacking for fruit species compared to many other crops. Hence, future studies are required to measure the direct effects of atmospheric e-CO2 and its interactions with environmental variables such as rainfall, temperature, soil moisture, and nutrient availability.