Abstract The critical importance of wetland ecosystems is highlighted, as they provide essential services such as regulating the hydrological cycle, flood control, and filtering pollutants. Globally, 64 % of wetlands have been lost since 1970, with Asia being the most affected region. Agricultural expansion, urban development, and aquaculture are some of the main drivers of the degradation of these ecosystems, particularly mangroves, which play a key role in climate change mitigation. In Costa Rica, wetlands under inventory represent 6.01 % of the national territory, and although the country has made progress in their protection, with 49 % of wetlands falling under some category of protected wild area, challenges remain, such as agricultural expansion, livestock farming, and sedimentation. At the international level, the Ramsar Convention has been key to wetland conservation efforts, with over 2.57 million km2 protected. However, additional efforts are needed to mitigate the threats to these ecosystems, especially in the context of climate change.
Resumen Se resalta la importancia crítica de los ecosistemas de humedales, que proporcionan servicios esenciales, como la regulación del ciclo hidrológico, el control de inundaciones y la filtración de contaminantes. En el nivel global, se ha perdido un 64 % de los humedales desde 1970, con Asia siendo la región más afectada. La expansión agrícola, el desarrollo urbano y la acuicultura son algunas de las principales causas de la degradación de estos ecosistemas, especialmente de los manglares, que cumplen una función clave en la mitigación del cambio climático. En Costa Rica, los humedales bajo inventario representan el 6.01 % del territorio nacional, y aunque el país ha avanzado en su protección, con el 49 % de los humedales bajo alguna categoría de área silvestre protegida, persisten desafíos, como la expansión agrícola, la ganadería y la sedimentación. En el plano mundial, la Convención Ramsar ha sido clave en los esfuerzos de conservación de humedales, con más de 2.57 millones km2 protegidos. Sin embargo, se necesitan esfuerzos adicionales para mitigar las amenazas a estos ecosistemas, especialmente en el contexto del cambio climático.