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Resumen El Bosque de Chapultepec, uno de los parques urbanos más antiguos de América, consta de 770.70 hectáreas y se ubica en el oeste de la Ciudad de México. En él confluyen huellas de la historia de México, desde la época prehispánica. Desde entonces, el Bosque de Chapultepec ha buscado mantener una convivencia entre los espacios culturales y los servicios ecosistémicos, en una megalópolis que se va extendiendo e invadiendo toda zona verde. Como resultado de distintos planes y programas a lo largo de su historia, el Bosque presenta hoy día un palimpsesto arquitectónico, constituido por calzadas, caminos, glorietas, museos, estacionamientos que han ido sellando el suelo. Este sellamiento reduce drásticamente la provisión de servicios ecosistémicos esenciales para la población de la Ciudad de México, como la captura de carbono y nitrógeno, la infiltración y purificación del agua, el soporte de la vegetación y el hábitat de edafofauna. Se entiende por área sellada toda infraestructura que impide la interacción del agua, el aire y las raíces con el suelo. En contraposición a este fenómeno se plantea la destrucción del sellamiento (de-sellamiento) para recuperar las funciones del suelo. Aunque aún es escasa la investigación sobre este tema, la literatura menciona que, una vez removido el sellamiento de los suelos urbanos, estos restauran rápidamente su fertilidad, en términos de densidad aparente, pH, contenido de carbon orgánico e inorgánico y la actividad biológica. En el contexto de la sostenibilidad de la Ciudad de México nos interesa: i) cartografiar y analizar la intensidad del sellamiento del parque urbano más grande de la Ciudad de México, el Bosque de Chapultepec, y ii) proponer medidas para su restauración, consistentes con el de-sellamiento. El análisis del área sellada se realizó mediante la sistematización e integración de información de distinta índole: cartográfica, imágenes de satélite y trabajo de campo, integrados y analizados en un sistema de información geográfico. Durante el trabajo de campo se contabilizó y midió toda la infraestructura, vial y construcciones, abandonada que ya estaba siendo sujeto de colonización de plantas. Como resultado de la gestión del Bosque a lo largo de su historia, actualmente una tercera parte se encuentra sellado. La importancia de los temas cultural-recreativo que han tenido los planes y programas del Bosque en las últimas décadas explican la dominancia de edificaciones, especialmente museos, caminos y zonas de recreación. Las áreas con mayor sellamiento, y también con mayor visitas (mayor a 13 millones de personas al año) son la primera y la segunda secciones, que mantienen un 45 y 52% de sellamiento, respectivamente. La tercera sección se encuentra alejada de los principales medios de comunicación públicos, y presenta 14% de sellamiento. En esta sección también se identificaron 26 kioskos abandonados que cubren un área de 5955 m2. En las tres secciones se identificaron 3.82 ha de caminos en desuso, abandonados, que están siendo revegetados de manera natural, dando un total de 4.41 hectáreas selladas, que pueden recuperarse mediante la eliminación o bien la ruptura de la capa del concreto o cemento. Actualmente, en estas áreas ya se observa una regeneración de plantas anuales que crecen entre el asfalto intemperizado, lo cual es indicativo de la resiliencia del suelo y del potencial que tienen estas áreas para incrementar la biodiversidad. La presencia de esta vegetación es un indicativo de dos aspectos: i) que el de-sellamiento de estas construcciones permitiría incrementar la biodiversidad del Bosque y, con ello, sus servicios ecosistémicos, y ii) que el de-sellamiento no tendría que consistir en extraer todo el asfalto, sino su ruptura, de tal modo que permita la entrada de agua, de semillas y la acumulación de sedimento y materia orgánica producto de la caída de hojarasca. El nuevo plan maestro del Bosque de Chapultepec, Naturaleza y Cultura (http://proyectochapultepec.cdmx. gob.mx) hace mención de la necesidad de proteger tanto el patrimonio cultural como la biodiversidad, enfatizando que las nuevas construcciones se realizarán en zonas ya impactadas, las cuales se rehabilitarán para su nuevo uso. Esta aseveración deja entrever la relevancia del ecosistema forestal en este nuevo proyecto. Sin embargo, no se proporciona suficiente información sobre el área o la ubicación que cubrirán las nuevas edificaciones. El conocimiento de la densidad construida debería constituir un criterio importante para decidir la ubicación de nuevas infraestructuras que posibiliten que el Bosque de Chapultepec siga otorgando servicios ecosistémicos y culturales, como de provisión, regulación y soporte. Consideramos que además de proponer nuevas edificaciones, el plan maestro podría incluir entre sus lineamientos la posibilidad de identificar áreas selladas abandonadas susceptibles de recuperarse, lo cual aumentaría el área del Bosque con posibilidad de proveer servicios ecosistémicos.