Introduction The Argentine Continental Margin (ACM), one of the largest margins worldwide, shows varied geotectonic and morphosedimentary settings (Fig. 1) with a complex oceanographic configuration (Fig. 2), as a consequence of the highly energetic oceanographic framework (Hastenrath, 1982; Berger and Wefer, 1996; Wefer et al., 1996, 2004; Mata et al., 2001; Bryden and Imawaki, 2001; Talley, 2003; Carter and Cortese, 2009). These configurations produce a complex sediments dynamic resulting from two major processes: the formation of nepheloid layers with an enormous amount of suspended sediments (Ewing et al., 1971; Biscaye and Eittreim, 1977; Emery and Uchupi, 1984; Bearmon, 1989; Scholle, 1996) and the activity of very strong bottom currents with high capacity for producing energetic erosive and depositional processes affecting the sea floor. The result of these sets of conditions is responsible of the unusual high sand content of this margin in relation to others in the world (Lonardi and Ewing, 1971; Frenz et al., 2004; Bozzano et al., 2011). Although the margin has been studied since mid XX century (Heezen and Tharp, 1961, in Heezen, 1974; Ewing et al., 1964; Ewing, 1965; Ewing and Ewing, 1965; Ewing and Lonardi, 1971; Lonardi and Ewing, 1971; Le Pichon et al., 1971; Urien and Ewing, 1974; Mouzo, 1982; Emery and Uchupi, 1984; Pudsey et al., 1988; Lawver et al., 1994; Parker et al., 1996, 1997; Coren et al., 1997; King et al., 1997; Gilbert et al., 1998; Pudsey
El Margen Continental Argentino (MCA) ocupa un lugar privilegiado en el océano mundial por su contexto oceanográfico altamente dinámico asociado a la circulación global, que favorece el desarrollo de extensas capas nefeloides con gran cantidad de sedimentos en suspensión, así como una alta energía de los agentes de erosión y transporte que son capaces de movilizar sedimentos en el fondo marino. Estas condiciones coadyuvan a la ocurrencia de procesos sedimentarios profundos de gran magnitud y complejidad. El margen comenzó a ser estudiado a partir de mediados del siglo XX. El conocimiento que se tenía por ese entonces, que acompañaba a las hipótesis de la época a nivel internacional, señalaba que los procesos sedimentarios dominantes en las regiones profundas del talud y emersión eran los gravitacionales y pelágicos. Se desconocía la influencia de las corrientes de fondo asociadas a la estructura oceanográfica de carácter termohalina, al menos en magnitud importante como para ejercer un efecto modelador significativo sobre el suelo marino. Estudios realizados en las últimas dos décadas alertaron sobre la ocurrencia de procesos sedimentarios asociados a corrientes profundas paralelas al margen capaces de construir cuerpos contorníticos (drifts) elongados en el sentido de circulación de las corrientes. El redescubrimiento de estos procesos llevó a cambiar substancialmente los mapas del lecho marino. Estos nuevos conceptos no solamente marcaron un significativo avance en el campo de la Geología Marina, sino que permitieron comprender que ésta no podía ser considerada e interpretada sin el apoyo de la Oceanografía Física. En base a la interrelación entre los tres procesos sedimentarios básicos que ocurren en los fondos marinos (longitudinales, gravitacionales y pelágicos), el MCA es subdividido regionalmente, de norte a sur, en seis regiones, cada una con sus rasgos morfosedimentarios propios, de acuerdo fundamentalmente a las características que presentan las formas resultantes de los procesos dominantes, que son los contorníticos y gravitacionales. Regionalmente, en el sector de margen pasivo los cuerpos contorníticos son continuos a lo largo de 1600 km, denotando la gran extensión sobre la cual actúan las corrientes de fondo; su magnitud (extensión y espesores) disminuyen progresivamente de sur a norte, debido a factores múltiples como la decreciente dinámica de aquellas corrientes y la interacción con procesos gravitacionales. No obstante, vuelven a adquirir grandes dimensiones hacia el margen de Brasil en un contexto oceanográfico diferente al del margen argentino. En cambio, en los sectores de márgenes transcurrente y mixto.