Resumen Los aptámeros son secuencias de ADN o ARN de cadena sencilla que adoptan la forma de estructuras tridimensionales únicas, lo cual les permite reconocer un blanco específico con gran afinidad. Sus usos potenciales abarcan, entre otros, el diagnóstico de enfermedades, el desarrollo de nuevos agentes terapéuticos, la detección de riesgos alimentarios, la producción de biosensores, la detección de toxinas, el transporte de fármacos en el organismo y la señalización de nanopartículas. El pegaptanib es el único aptámero aprobado para uso comercial por la Food and Drug Administration (FDA). Otros aptámeros para el tratamiento de enfermedades están en la fase clínica de desarrollo. En parasitología, se destacan los estudios que se vienen realizando en Leishmania spp., con la obtención de aptámeros que reconocen la proteína de unión a poliA (LiPABP) y que pueden tener potencial utilidad en la investigación, el diagnóstico y el tratamiento de la leishmaniasis. En cuanto a la malaria, se han obtenido aptámeros que permiten identificar eritrocitos infectados e inhiben la formación de rosetas, y otros que prometen ser alternativas para el diagnóstico al detectar de forma específica la proteína lactato deshidrogenasa (PfLDH). Para Cryptosporidium parvuum se han seleccionado aptámeros que detectan ooquistes a partir de alimentos o aguas contaminadas. Para Entamoeba histolytica se han aislado dos aptámeros llamados C4 y C5, que inhiben la proliferación in vitro de los trofozoítos y tienen potencial terapéutico. Los aptámeros contra Trypanosoma cruzi inhiben la invasión de células LLC-MK2 (de riñón de mono) en un 50 a 70 % y aquellos contra T. brucei transportan moléculas tóxicas al lisosoma parasitario como una novedosa estrategia terapéutica. Los datos recopilados en esta revisión destacan los aptámeros como una alternativa para la investigación, el diagnóstico y el tratamiento contra parásitos de interés nacional.
Abstract Aptamers are single-stranded DNA or RNA sequences that adopt unique three-dimensional structures that allow them to recognize a specific target with high affinity. They can potentially be used for the diagnosis of diseases, as new therapeutic agents, for the detection of food risks, as biosensors, for the detection of toxins, and as drug carriers and nanoparticle markers, among other applications. To date, an aptamer called pegaptanib is the only aptamer approved by the Food and Drug Administration (FDA) for commercial use. Other aptamers are in different clinical stages of development for the treatment of different diseases. In parasitology, investigations carried out with parasites such as Leishmania spp. allowed the acquisition of aptamers that recognize the polyA-binding protein LiPABP and may have potential applications in research and diagnosis and even as therapeutic agents. Regarding malaria, aptamers have been obtained that allow the identification of infected erythrocytes or inhibit the formation of rosettes, along with those that provide promising alternatives for diagnosis by specifically detecting the protein lactate dehydrogenase (PfLDH). In Cryptosporidium parvum allow the detection of oocysts in contaminated food or water. In Entamoeba histolytica, two aptamers called C4 and C5, which inhibit the proliferation of trophozoites in vitro and have potential use as therapeutic agents, have been isolated. Aptamers obtained against Trypanosoma cruzi inhibit the invasion of LLC-MK2 (from monkey kidney) cells by 50-70%, and in T. brucei, aptamers with the potential to transport toxic molecules to the parasitic lysosome were identified as a novel therapeutic strategy. The data collected in this review highlight aptamers as a novel alternative in the research, diagnosis, and treatment of parasites of national interest.