Abstract. Shipping is essential to the economy. With the technological advance and faster vessels, the frequency of transoceanic trips has increased, increasing the risk of negative environmental and socio-economic impacts associated with the uncontrolled discharge of ballast water. Being this the water loaded by the ships to conserve its stability and maneuverability, but that takes matters in suspension, including biological agents, which can generate bioinvasions. Due to the above, and recognizing the importance of a precautionary approach, it is necessary to have a preventive management tool that allows to discern when unload ballast water is potentially dangerous. In this review, a tool based on the frequency and volume of ballast water coming from the same source port, the environmental similarity between the source and recipient port, and the presence of risky species in the source port, is proposed. A Coefficient of Global Risk (CRG) has to be estimated for each vessel arriving at the port in order to evaluate if the ballast water can be unloaded. For values of CRG > 16%, which means it is likely the risk, it is necessary to verify if the required replacement of ballast water in the open sea has been done in compliance with international regulations. It is recommended in situ measurements of the Chromophoric Dissolved Organic Matter (CDOM) since it allows the discrimination between coastal and oceanic water. If the ballast water turns out to be of coastal origin the lack of compliance of the regulation can be detected, thus preventing the discharge of that water in the port area.
Resumen. La navegación marítima es esencial para la economía. Con el avance tecnológico y buques más rápidos, la frecuencia de los viajes transoceánicos ha aumentado, incrementando el riesgo de impactos negativos ambientales y socio-económicos asociados a la descarga descontrolada de agua de lastre. Esta agua es cargada por los buques para conservar su estabilidad y maniobrabilidad, pero que lleva materias en suspensión, incluyendo agentes biológicos, que pueden generar bioinvasiones. Por lo anterior, y reconociendo la importancia de un enfoque precautorio se hace necesario contar con una herramienta de gestión preventiva que permita discernir cuando el deslastre es potencialmente peligroso. Esta revisión propone una herramienta basada en la frecuencia y volumen del agua de lastre desde un mismo puerto de origen, la similitud ambiental entre el puerto de origen y el receptor del lastre y la presencia de especies de riesgo en el puerto de origen. Para esto se desarrolló el cálculo de un Coeficiente de Riesgo Global (CRG), que deberá ser estimado para cada buque que arribe al Puerto antes de que inicie el deslastre. Si CRG >16%, el riesgo es probable, entonces correspondería verificar el recambio de agua de lastre en aguas oceánicas como lo exigen las regulaciones internacionales. Se recomienda medir in situ la Materia Orgánica Cromofórica Disuelta (CDOM por sus siglas en inglés), ya que permite discriminar entre agua costera y oceánica. Si del análisis resulta que el agua es costera, significa el incumplimiento del intercambio del agua de lastre en alta mar, entonces se debería evitar la descarga de lastre en el puerto.