Resumen Es un lugar común señalar que los órganos jurisdiccionales límite son la última barrera de defensa de los derechos fundamentales, el estado de derecho, la división de poderes, y por lo mismo, de la democracia constitucional. No obstante, existen sentencias de última instancia que constituyen ejemplos muy ilustrativos de las prácticas argumentativas que se utilizan para disimular decisiones que pueden estar sistemáticamente politizadas, y por tanto, ser perjudiciales para los derechos electorales fundamentales, para la certeza y legalidad de los actos y resoluciones electorales, así como para la celebración de elecciones libres, auténticas y periódicas. La práctica de utilizar la legitimidad democrática de la función judicial para socavar intencionalmente el núcleo de la democracia está poco teorizada. No obstante, es muy posible que hacia el futuro estas formas de ataque se añadan al conjunto de herramientas autoritarias ejercidas por parte de grupos de talante antidemocrático. Esto es, la circunstancia de que sean los tribunales y no los actores políticos los que adopten una medida antidemocrática con la ventaja de la dificultad para su identificación, dada la tradición asignada al poder judicial en el estadio) constitucional democrático de derecho, hace indispensable revisar el uso de la ponderación propia de la representación argumentativa. Esto, para evitar que mediante la interpretación constitucional se erosione la democracia y se tolere la ausencia del consenso social mínimo sobre los argumentos que se propone sostener con relativa estabilidad temporal. Más todavía, cuando se trata de quienes integran la jurisdicción constitucional especializada en materia de elecciones y democracia. En México, el máximo órgano jurisdiccional electoral es el TEPJF. Dicho órgano ha emitido decisiones controversiales y trascendentes para la democracia electoral que permiten un análisis jurídico crítico, el cual sirva de insumo a la actividad legislativa, sobre todo en temas de participación ciudadana como la revocación de mandato y la imposición de sanciones por su difusión por parte de servidores públicos, así como en los casos de violencia política en razón de género (VPG) y la privación del modo honesto de vivir (MHV) como sanción. Asimismo, resulta notorio el tema de las sentencias sobre la modificación o abandono defectuoso de la jurisprudencia en tópicos como la asunción de competencia sobre actos parlamentarios en la integración de los órganos administrativos o de gobierno del Congreso de la Unión, y los mensajes de los legisladores sobre los cuales se ha determinado que no están protegidos por el principio de inviolabilidad parlamentaria.
Abstract It is commonplace to state that the borderline courts are the last obstacle in the defense of fundamental rights, the rule of law, the division of powers, and hence, of constitutional democracy. Nevertheless, there are judgments of last resort which are very illustrative examples of argumentative practices used to conceal decisions that may be systematically politicized, and therefore can be detrimental to fundamental electoral rights, to the certainty and legality of electoral acts and resolutions, as well as to the holding of free, authentic, and periodical elections. The practice of using the democratic legitimacy of the judicial function to intentionally undermine the core of democracy is barely theorized. However, it is highly possible that in the future these types of attack will be part of the authoritarian tools used by groups of an anti-democratic nature. That is to say, the circumstance that the courts and not the political actors are the ones that implement undemocratic measures with the advantage of the difficulty for its identification, given the traditional role assigned to the judiciary in the democratic constitutional state of law, makes it essential to review the use of the weighting of the argumentative representation. This, in order to prevent democracy from being damaged by constitutional interpretation and to avoid the tolerance for the absence of a minimum social consensus on the arguments that it intends to sustain with relative temporary stability. Even more so, when it comes to those who make up the constitutional jurisdiction specialized in elections and democracy. In Mexico, the Superior Court of the Electoral Tribunal of the Federal Judiciary (TEPJF) is the highest electoral court. This body has issued controversial and transcendent decisions for electoral democracy which can be subject to critical legal analysis as an input for legislative activity. This is particularly related to issues concerning citizen participation such as the revocation of mandate and the imposition of sanctions due to its diffusion by public servants, as well as cases of gender-based political violence (VPG, by its acronym in Spanish) and the deprivation of an honest way of living (MHV, by its acronym in Spanish) as a sanction. Another topic worth considering is the rulings on the modification or defective abandonment of the jurisprudence in matters such as the assumption of competence over parliamentary acts in the integration of the administrative or government bodies by the Congress of the Union, and the messages of the legislators, which are not protected by the principle of parliamentary immunity, as has been established.