ABSTRACT Noncommunicable diseases are the world’s leading cause of death, responsible for 38 million deaths in 2012. This epidemic is primarily associated with smoking, excessive alcohol consumption, sedentary lifestyle, and changes in dietary patterns, characterized by diets high in sugar and saturated fat, typical of processed foods and sugar-sweetened beverages, plus low intake of fruits and vegetables. Ecuador is no exception to this epidemiological profile or to changes in eating patterns. Thus, Ecuador’s government designed and implemented an action plan aimed at changing the obesogenic environment, which includes six strategic lines. One of these is implementation of a traffic-light nutritional labeling system for processed foods, in late 2014, aimed at guaranteeing people’s right to timely, clear, accurate, and non-deceptive information on the content and characteristics of these foods. This article analyzes implementation of processed food labeling and results to date, and proposes complementary measures needed to reach the goal in the National Plan for Good Living, in light of new scientific evidence and different agreements and regulatory frameworks in our Region. Methods included a literature and documentary review, key informant interviews, and analysis and processing of secondary sources.
RESUMEN Las enfermedades no transmisibles representan la principal causa de muerte en el mundo entero, siendo responsables de 38 millones de las defunciones registradas en 2012. Esta epidemia se asocia, principalmente, al tabaquismo, al consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo y cambios en el patrón alimentario, caracterizado por el consumo de dietas con un elevado contenido de azúcar y grasas saturadas, propio de los alimentos procesados y bebidas azucaradas, sumado a una escasa ingesta de frutas y hortalizas. El Ecuador no escapa a ese perfil epidemiológico ni a los cambios en el patrón de consumo de alimentos, por lo cual, el Estado Ecuatoriano diseñó e implementó un plan de acción orientado a modificar el entorno obesogénico, que contempla seis líneas estratégicas, una de las cuales es la implementación de un sistema de etiquetado nutricional tipo semáforo a los alimentos procesados, a finales de 2014, orientado a garantizar el derecho de las personas a la información oportuna, clara, precisa y no engañosa sobre el contenido y características de estos alimentos. El presente artículo analiza el proceso de implementación del etiquetado de alimentos procesados, los resultados alcanzados hasta la fecha y propone medidas complementarias que se requieren para el logro de la meta prevista en el Plan Nacional del Buen Vivir, a la luz de la nueva evidencia científica y los distintos acuerdos y marcos regulatorios disponibles en nuestra Región. La metodología de estudio incluyó revisión bibliográfica y de actas, entrevistas a informantes clave, y análisis y procesamiento de fuentes secundarias.